Benedicto XVI loa la fidelidad de la Guardia Suiza en el quinto centenario del cuerpo
SOCIEDAD
Benedicto XVI agradeció ayer los servicios y la fidelidad de la Guardia Suiza a la Iglesia y a la figura del Papa, en una misa con motivo del juramento de los nuevos reclutas. Un total de 33 jóvenes suizos realizaron sus votos en una ceremonia celebrada por primera vez en la plaza de San Pedro, debido a que este año se conmemora el quinto centenario de la fundación del cuerpo. En la homilía, el Papa, haciéndose «idealmente intérprete de los pontífices a los que en el curso de los siglos [el] cuerpo ha servido fielmente», expresó a éste «un merecido y sentido agradecimiento» y lo invitó a seguir adelante «con valentía y fidelidad». Servir como guardia suizo significa «adherirse sin reservas a Cristo y a la Iglesia, estar dispuesto a dar la vida por ello» y, cuando acaba el servicio en ese cuerpo, «dentro queda siempre un guardia suizo», señaló. En este sentido, se refirió a la marcha realizada por más de un centenar de veteranos, que este año recorrieron a pie cerca de 720 kilómetros en recuerdo del periplo que realizaron los primeros soldados del ejército del Papa para llegar a la Santa Sede. Los guardia suizos, vestidos con sus trajes de gala de vivos colores diseñados en 1915, participaron en la misa leyendo las lecturas bíblicas. El Papa comentó la primera lectura de la misa, sacada del Libro de la sabiduría, que constituye una alabanza a la sabiduría divina, «presentada como el tesoro más precioso que el hombre pueda desear descubrir» y por la que «vale la pena renunciar a cualquier otra cosa».