Han patentado un grupo de compuestos que inhiben el crecimiento de la bacteria La investigación mereció la portada de una de las revistas de más impacto en el ámbito químico
20 mar 2007 . Actualizado a las 06:00 h.Un grupo de investigadores del departamento de Química Orgánica de la Universidade de Santiago (USC) ha patentado un grupo de compuestos moleculares de gran potencia que inhiben el crecimiento de la bacteria de la tuberculosis e impiden la expansión de la enfermedad, aunque también pueden utilizarse para atacar la úlcera de estómago. En el caso de la tuberculosis, la aplicación es especialmente prometedora, ya que está sobre todo indicada para aquellos casos en los que los actuales fármacos son ineficaces porque la cepas se han vuelto resistentes a su acción terapéutica. Publicación internacional La investigación, coordinada por el catedrático Luis Castedo y la profesora Concepción González-Bello, ha sido publicada en portada en la revista internacional de química médica ChemMedChem , lo que supone un aval al trabajo realizado por el equipo gallego. El proyecto, que abre la puerta al diseño de fármacos más potentes para combatir la tuberculosis resistente, ha recibido financiación del Plan Nacional de I+D del Ministerio de Educación. Los científicos han solicitado una prórroga del proyecto para perfeccionar sus resultados. La táctica de la que se han valido los investigadores, y que ha supuesto una innovación a nivel mundial, consiste en cortar las vías de alimentación de las bacterias malignas para frenar su propagación. Para ello han engañado literalmente al mecanismo biológico de la célula para que, en lugar de los aminoácidos que les sirven de alimento, acepten otros compuestos que son reconocidos por el sistema enzimático, pero que no se transforman en comida. «Es como si la bacteria se muriera de hambre, porque le sacamos la fuente de alimentación que tiene», explica Concepción González-Bello. Gran potencia Los nuevos compuestos moleculares son muy potentes incluso en cantidades muy pequeñas. «Con pocas cantidades logramos el efecto que buscamos», asevera González-Bello. La investigación se ha probado con éxito en partes pequeñas de la bacteria, pero a los científicos les queda por superar un último reto: conseguir que los compuestos creados por ellos pueden penetrar también en el interior de la célula bacteriana y frenar así su expansión. Todo parece indicar que lograr este objetivo es bastante factible, aunque su demostración corresponde a un equipo de la Universidad de Alabama (Estados Unidos), que colabora con el grupo gallego y que es el encargado de realizar ensayos in vitro con toda la célula de la bacteria. «La nuestra -explica el catedrático Luis Castedo- es un investigación básica, pero que de cara al futuro tiene una gran utilidad práctica en el diseño de fármacos más efectivos contra la tuberculosis».