
El fallo declara responsable subsidiaria a la Consellería de Sanidad de la Generalitat Valenciana La Audiencia de Valencia lo halló culpable del contagio de la hepatitis C a 275 pacientes
15 may 2007 . Actualizado a las 07:00 h.La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Valencia hizo pública ayer la sentencia por la que condena al anestesista Juan Maeso a casi dos mil años de prisión -concretamente 1.933- por contagiar la hepatitis C a 275 pacientes. Pese a lo abultado de los años de cárcel, Maeso cumplirá un máximo de veinte, como también recoge la histórica sentencia, que igualmente condena al anestesista a 1.941 años de inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión médica. El fallo, que declara a la Consellería de Sanidad de la Generalitat Valenciana responsable civil subsidiaria en todos los casos -lo que supondrá el pago de más de veinte millones de euros en indemnizaciones-, llega casi veinte años después de que se produjeran los primeros contagios, registrados en cuatro hospitales de Valencia entre los años 1988 y 1997. El proceso contra Juan Maeso, que ahora cristaliza -aunque no se cierra, ya que su abogado ha anunciado que recurrirá la sentencia ante el Supremo- con su condena por 275 delitos de lesiones y cuatro de homicidio imprudente, comenzó hace nueve años, en marzo de 1998, al detectarse que varios trabajadores de Iberdrola y Telefónica se habían infectado con el virus de la hepatitis C y comprobarse que el único nexo entre ellos era Maeso. Según consta en los autos judiciales, el que fue jefe de anestesistas del Hospital La Fe de Valencia, adicto a los opiáceos -la defensa planteó como atenuante su drogadicción, pero el tribunal no la estimó-, se inyectaba anestésico como estupefaciente con el mismo material quirúrgico que luego usaba para suministrar la sedación a los pacientes. Así, la sentencia destaca el comportamiento «doloso» de Maeso, que sabía de su afección hepática, y que con su proceder se la contagió a las personas a las que atendió en el hospital público de La Fe y en las clínicas privadas Quirón, Casa de la Salud y Virgen del Consuelo. Pese a que durante el proceso judicial el acusado sostuvo que él mismo era una víctima más del contagio, las pruebas periciales certificaron que el virus de Maeso y el de los 275 contagiados procedían de una misma fuente y que el del procesado era el más antiguo, es decir, las pruebas apuntaban «mayoritaria e inequívocamente» a que el anestesista fue el autor de los contagios. La fiscalía pidió para Maeso una pena de 2.214 años de prisión, aunque finalmente ha sido condenado a 1.933, dado que el tribunal lo absolvió, entre otros, de los delitos contra la salud pública y lesiones imprudentes. El abogado defensor anunció que recurrirá la sentencia ante el Supremo, mientras que el fiscal estudiará la posibilidad de pedir prisión provisional.