El arzobispo de Granada defiende ante el juez el libre ejercicio de su cargo al destituir a un sacerdote

Efe

SOCIEDAD

Es el primer prelado español que se sienta en el banquillo, acusado de injurias, calumnias, acoso moral, lesiones y coacciones contra un clérigo

14 nov 2007 . Actualizado a las 14:48 h.

El arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, ha defendido hoy su libertad de actuación como responsable de la Diócesis, en el primer juicio celebrado en España que sienta en el banquillo de los acusado a un prelado. Martínez ha declarado se siente «víctima de un acoso mediático» en el juicio por injurias, calumnias, acoso moral, lesiones y coacciones contra un sacerdote.

El prelado ha negado «amenazas o presiones» contra el clérigo, cuya destitución como canónigo, retirada de la Cátedra de la Facultad de Teología y suspensión «ad divinis» ha justificado en una «pérdida de confianza». Según su testimonio, los obispos son «perfectamente libres en las decisiones que toman en el gobierno de sus Diócesis», por lo que ha aseverado que no tiene que dar «explicaciones» sobre los cambios en los cargos de confianza del Cabildo.

La acusación denunció el acoso moral contra el sacerdote que fue relevado por decreto de su puesto de archivero en la Catedral por estar vinculado a los órganos de Gobierno de CajaSur (Córdoba), que financió un libro sobre la Catedral de Granada encargado por el anterior arzobispo, Antonio Cañizares, y cuya publicación fue paralizada por Martínez.

El juez Miguel Ángel Torres, el mismo que instruyó la operación Malaya contra la corrupción urbanística en Marbella, ha tenido que llamar la atención dos veces al arzobispo, a quien ha pedido que no sea «tan brusco» en sus respuestas.