Bali cierra un pacto de mínimos que salva el nuevo Protocolo de Kioto

Anna Cuenca

SOCIEDAD

Estados Unidos se suma a la hoja de ruta para aprobar el próximo tratado contra el cambio climático

16 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Tras unas tensas negociaciones en las que Estados Unidos se quedó solo, la comunidad internacional lanzó ayer en la conferencia en Bali (Indonesia) un proceso de negociación en la lucha contra el cambio climático que debería culminar en el 2009. Después de un agotador maratón nocturno y tensos enfrentamientos, los exhaustos delegados de los 190 países miembros de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) adoptaron por consenso, incluido Estados Unidos, la hoja de ruta de Bali. Es un acuerdo descafeinado, que no recoge la obligatoriedad de recorte de emisiones, tal y como proponía la UE, de entre un 25% y un 40% para el 2020, pero que sirve para salvar el Protocolo de Kioto. Las negociaciones para cerrarlo empezarán a partir de ahora y deberán concluir en el 2009 para que el nuevo entre en vigor a partir del 2012, cuando expira el tratado actual. Para entonces sí se espera que se fije un cupo máximo de emisiones por país. «El secretario general celebra el resultado de la conferencia de Bali», afirmó ayer la ONU. Horas antes, cuando las negociaciones estaban todavía estancadas, Ban Ki-moon había afirmado sentirse «decepcionado» por el curso de la negociación. Durante el pleno, la negociadora estadounidense Paula Dobriansky empezó por afirmar que Washington rechazaba la propuesta de acuerdo porque quería mayores compromisos por parte de los países en vías de desarrollo. Abucheos a EE?.?UU. La declaración de Dobriansky fue recibida con abucheos en la sala. Varias delegaciones le respondieron con firmeza y sus aliados hasta ese momento, Canadá y Australia, se quedaron callados. Ante la creciente presión internacional, Dobriansky dio un giro y acabó afirmando que su país estaba dispuesto a «continuar avanzando y sumarse al consenso». Maratonianas negociaciones durante la noche parecían haber dado resultados por la mañana, cuando la UE accedió a hacer concesiones ante la negativa de Estados Unidos a incluir en el texto una mención, con cifras y fechas, a los compromisos de reducción de emisiones contaminantes de los países ricos. Desde principios de semana, EE.?UU. y la UE se habían enfrentado en torno a la mención de un rango de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Según el texto final, la comunidad internacional solo «reconoce que se deben efectuar severas reducciones de las emisiones mundiales para alcanzar el objetivo principal». Después, el acuerdo chocó con un nuevo escollo, cuando los países en vías de desarrollo, liderados por China y la India, pidieron más avances en la transferencia de tecnología por parte de los países industrializados. Al final, gracias a la flexibilidad de unos y otros, la conferencia logró ponerse de acuerdo, in extremis, sobre un marco modesto e «insuficiente», según ecologistas y científicos, pero que permitió evitar el fracaso. «Venimos de muy lejos y la esperanza es que EE.?UU. acabe adoptando una posición más ambiciosa en los próximos años», explicó Jean Jouzel, miembro del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático. «El punto positivo es que deja un asiento en la mesa de negociación para el próximo presidente estadounidense», añadió. Así, el 2009 será el año clave para el futuro de Kioto.