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España prueba que Odyssey rescató su tesoro de un pecio español

Olivier Thibault

SOCIEDAD

La fragata transportaba monedas de oro y plata, que en el mercado pueden alcanzar un valor de 325 millones

09 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El Cisne Negro, el nombre en clave con el que Odyssey denominó al pecio que guardaba el tesoro más valioso encontrado hasta hoy en el fondo marino, era en realidad el Nuestra Señora de las Mercedes, una fragata española hundida por una flotilla inglesa el 5 de octubre de 1804, en la conocida como la batalla del cabo de Santa María, frente a las costas portuguesas. El tesoro, estiman los expertos, alcanza un valor de unos 500 millones de dólares (325 millones de euros).

España está más decidida que nunca a recuperar ese fabuloso tesoro submarino descubierto por la compañía estadounidense Odyssey, tras haber recabado «pruebas» de que el oro y la plata provienen de la fragata la Mercedes. «Tengo la convicción moral y legal de que vamos a ganar el litigio [que enfrenta desde hace varios meses al Estado español con la compañía privada de buscadores de tesoros submarinos]», afirmó ayer en Madrid José Jiménez, director general del ministerio español de Cultura.

«Hay múltiples pruebas que indican que el botín proviene de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, el navío de guerra español hundido en 1804, cerca del estrecho de Gibraltar», afirmó, por su parte, el abogado estadounidense que defiende a España en este asunto. España acaba de presentar un documento en ese sentido en el tribunal de Tampa en Florida, en el marco de un proceso iniciado contra Odyssey (cuya sede está en Tampa) para recuperar el tesoro, precisó James Goold.

El abogado que se dirigió a los medios acompañado por varios responsables del Ministerio de Cultura y un representante de la Marina española, informó de que estas pruebas se basan en las monedas y objetos sacados a la superficie por Odyssey.

Esta empresa estadounidense había anunciado el 18 de mayo del 2007 el descubrimiento «en aguas internacionales del Atlántico» del mayor tesoro submarino jamás encontrado, compuesto por 500.000 monedas de plata y centenares de objetos de oro.

Pero Odyssey se convirtió rápidamente en sospechosa a los ojos de España al repatriar rápida y discretamente a Estados Unidos el botín de 17 toneladas desde la colonia británica de Gibraltar, guardando celosamente el emplazamiento exacto del pecio. España sospechó desde el principio que Odyssey pudiera haber encontrado el tesoro en sus aguas territoriales o en un barco español, y ha iniciado varias acciones judiciales, una de ellas en Tampa. «La inspección llevada a cabo por España de las monedas trasladadas por Odyssey a Estados Unidos confirma que fueron recogidas en el pecio de la Mercedes», dice el abogado en sus alegaciones.

El hundimiento

La Mercedes había partido desde Perú con destino al puerto de Cádiz, vía Montevideo, con un cargamento de monedas de oro y plata acuñadas en la ceca de Lima a nombre de Carlos IV. Otras tres fragatas escoltaban a la Mercedes en una flotilla comandada por el brigadier José Bustamante que fue atacada por cuatro buques ingleses al sur del cabo de Santa María, a un día de navegación de Cádiz. Durante la batalla -en la que murieron 269 marinos españoles- la fragata inglesa Amphion alcanzó la santabárbara de la Mercedes, que se hundió con su oro, uno de los más buscados por los cazatesoros submarinos.

Ahora, el Gobierno español quiere mantener la discreción sobre el punto preciso donde reposa el pecio, «por seguridad», pero confirma que se trata de aguas internacionales, tal como afirmaba Odyssey. Este último punto no es un problema para recuperar el tesoro, afirma Goold, quien asegura que el simple hecho de que se trate de un barco de la Marina española hace que pertenezca por derecho al Estado español. Según el abogado Goold, Odyssey se comportó en este asunto «de manera inaceptable, moral y legalmente». El dirigente de Odyssey, Greg Stemm, había reconocido la posibilidad de que el botín hubiese sido sacado del pecio de la Mercedes.