Recordaba Julián Hernández, de Siniestro Total, que antes de salir al escenario, Van Halen siempre pedía kilos de Lacasitos marrones, y amenazaba incluso con suspender el concierto si se colaba alguno de otro color. «No quisiera ser yo quien tuviera que seleccionarlos», decía. Son los caprichos de las grandes estrellas del rock en las horas previas a un concierto. Caprichos que en muchas ocasiones causan incredulidad entre el gran público, pero que para los artistas se han convertido en un talismán de sus giras. Siniestro Total y Dover son la otra cara de la moneda: su música se ha colado en los puestos más altos de las listas de éxitos, pero ellos no se han contagiado de los muchos sinsentidos que tiene la fama y se mantienen fieles a sus comienzos.
En el backstage de su concierto en Narón no había ni rastro de las hermanas Llanos. Aguardaban en un camerino al que solo su mánager podía acceder. Faltaban un par de horas para que saltaran al escenario y ellos mismos se preparaban la cena. Y es que en la mesa de su sala no faltan el pan de molde o la fruta.
Allí, en su reducto de intimidad, donde hablan distendidamente mientras se resguardan del frío aire que soplaba en esos momentos en Narón, permanecen hasta el inicio del concierto, eso sí, muy concentrados. «Si volvemos al hotel o vamos a cenar fuera nos despistamos», asegura Amparo. En ese par de horas, cada uno se prepara a su manera: Jesús, el batería, escucha conciertos pasados y practica con sus baquetas, Cristina repasa ejercicios vocales y a Amparo, confiesa, le gusta fumar. A las hermanas Llanos les encanta arreglarse: prueba de ello es el gran espejo que preside el camerino y que es el único «capricho» del grupo.
Y se lo conceden, al contrario de lo que le ocurre a Siniestro Total: «Lo único que pedimos es ginebra, pero no nos hacen ni caso». En la filosofía del grupo vigués están presentes los Rolling Stones: ?«Tendríamos que hacer lo mismo que Mick Jagger: como no nos dan nada, pedir de todo». En su camerino no faltan las cervezas. «Una vez pedimos marisco ¡y lo tuvimos que pagar!», recuerdan. Ellos sí salen: «Nos gusta cenar fuera, así nos distraemos antes del concierto». Pero nada más. «Como ves, no hacemos nada en particular, solo esperar», comentan.
Poco después, Siniestro Total y Dover saltaban al escenario de Narón jaleados por un abarrotado parque de Xubia. Y lo hicieron como son: estrellas de rock a las que es muy fácil admirar.