La filósofa dice que la dependencia no es una condición exclusiva de la tercera edad
29 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Adela Cortina es menuda y sonriente, con esa humildad que caracteriza a los sabios, que viven en un mundo paralelo al de los focos y la prensa. Catedrática de ética en la Universidad de Valencia y autora, entre otras obras, de Ética de la razón cordial, Cortina estuvo ayer en A Coruña para participar en un curso de la Universidad Internacional Menéndez-Pelayo (UIMP) sobre ética de la dependencia, un asunto del que al parecer nadie se acuerda cuando se habla de la ley y las dificultades que entraña.
-Habla usted de la ética en dependencia. ¿En qué consiste?
-Una sociedad demuestra su capacidad moral al sostener a los que no pueden valerse. Nuestra sociedad tiene una bajísima moral, por no decir que es inmoral, en ese sentido.
-¿Cuál es el primer fallo?
-Esa distinción tan clara entre nosotros , los sanos, capaces, fuertes, autónomos? y ellos , los débiles, enfermos, discapacitados, viejos? Hay que cambiar eso por un clarísimo nosotros . Hasta ahora uno tenía que intentar ponerse en el lugar del otro: el hombre en el sitio de la mujer (para entender la situación de desigualdad) o el occidental en el lugar de los inmigrantes que llegan a sus costas? pero en dependencia no, porque todos somos dependientes en algún momento de nuestra vida. Es el caso de la infancia, todos fuimos niños y necesitábamos que nos cuidasen; y si no morimos antes, seremos viejos y necesitaremos también ayuda. Por no hablar de que en cualquier momento podemos sufrir un accidente o tener una enfermedad que nos produzca una dependencia. Y lo que es más importante, todos somos algo discapacitados en alguna cosa, necesitamos ayuda: somos menos listos que otros o carecemos de su capacidad manual?
-Pero a la sociedad no le gusta la fealdad, la vejez, la enfermedad?
-Eso ocurre desde los griegos, pero antes había un sentido más comunitario y la sociedad atendía a sus enfermos. No vivían tanto (un niño con una enfermedad psíquica rara vez pasaba de los 10 años y hoy llega a los 80), pero se les atendía. Sin embargo, con la incorporación laboral femenina, la mujer que sostenía el Estado de bienestar se ha extinguido. Esa que se quedaba soltera para cuidar a sus padres, o la esposa que atendía a sus suegros, a su cuñado, a sus tíos? eso ya no existe. Eso de que el Estado de bienestar se sostenía porque los Estados gastaban dinero en la sociedad no es cierto y es ahora cuando lo comprobamos.