Nace en Alemania un grupo de autoayuda para los «principiantes absolutos», adultos con problemas que nunca han tenido pareja ni relaciones de otro tipo
20 ago 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Una vida sin caricias, besos ni sexo: lo que para la mayoría de la gente es inimaginable constituye una amarga realidad para Peter Krause. Porque este hombre de 36 años nunca tuvo una novia, y tampoco relaciones sexuales. Sin embargo, no está solo. Mientras los medios informan regularmente sobre la primera vez de los adolescentes, lejos de la opinión pública viven numerosos hombres y mujeres adultos que siguen siendo vírgenes años bastantes después de los 18. En Alemania estas personas han decidido unirse en varios grupos que se autodenominan Absolute Beginners (principiantes absolutos).
No hay cifras exactas. Los afectados se avergüenzan demasiado o simplemente son ignorados por los estudios científicos. La central federal de información de salud en Colonia, sin embargo, sabe que, a los 18 años, un tercio de los jóvenes son vírgenes. No está claro cuándo afrontan su primera experiencia sexual.
El investigador alemán de sexología Kurt Starke calcula, sobre la base de estudios propios, que hasta 10% de los licenciados o titulados superiores masculinos no han mantenido relaciones sexuales.
«No es un problema de distintas capas; toca a profesores, pilotos y abogados al igual que a desempleados», señala Arne Hoffmann, que ha escrito un libro sobre este tema. El autor agrega que las causas podrían ser detalles aparentemente sin importancia en la edad infantil y juvenil que se potencian con los años, por lo cual a los 40 años hombres y mujeres siguen estando solos.
«Las causas de este problemas son muy diversas -explica Hoffmann-. Por poner solo un ejemplo: cuando a los niños no les gusta el deporte y son descartados por sus compañeros para ser miembros de equipos deportivos, probablemente luego son cada vez más excluidos en otras áreas». Si luego además huyen hacia sus textos escolares, porque parecen especialmente inteligentes o porque desean autoafirmarse con buenas notas, adquieren rápidamente la fama de ser estudiantes que preparan mucho sus lecciones y que se distinguen más por la aplicación que por el talento. Y apenas son invitados a las fiestas, donde los otros llevan a cabo sus primeros intentos de acercamiento al sexo opuesto.
A Peter Krause le sucedió algo así. Sin embargo, no solo no le interesaba el deporte y era un chico poco ágil, sino que además durante un largo tiempo no le interesaron las mujeres ni los hombres. Fue en los últimos años de la secundaria, cuando sus amigos ya tenían sus primeras relaciones, cuando notó que le gustaría tener una pareja.
Entonces se aferró a sus estudios y se tranquilizaba diciendo: «Primero termina la universidad, todavía eres joven». Ahora tiene 36 años, sigue sin novia y quiere cambiar esta situación de una vez por todas.