Los casos de infectados ya superan los 60.000 en todo el país, y cada día se producen 1.500 nuevos contagios
31 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Los casos de cólera en Zimbabue han superado los 60.000, por lo que Naciones Unidas considera que la epidemia está fuera de control. «El número de casos es demasiado alto y la epidemia, lamentablemente, está lejos de ser controlada», aseguró ayer en rueda de prensa el doctor Eric Laroche, director general adjunto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para emergencias sanitarias. Entre el jueves y ayer se registraron 1.493 nuevos contagios en veinticuatro horas (con lo que se ha rebasado la cifra de 60.000 afectados) y murieron 69 personas (el número total de fallecidos es de 3.161). La tasa media de mortalidad continúa en el 5,2 por ciento.
Existe el temor de que la epidemia se propague más rápidamente y que se extienda a los países vecinos, por lo que Laroche pidió «esfuerzos extraordinarios para una situación extraordinaria». El especialista de la OMS recordó que Zimbabue está sumido en el caos, con un Gobierno en transición, el país en bancarrota y un sistema sanitario inexistente. Según Laroche, uno de los principales problemas es que el personal sanitario no percibe sus salarios y, aunque Unicef desbloqueó cinco millones de dólares (unos cuatro millones de euros) para hacer frente a estos pagos, el dinero no ha llegado a los trabajadores por la escasa circulación monetaria. Otra de las quejas es la poca presencia en Zimbabue de oenegés dado que el régimen del presidente Robert Mugabe impide o dificulta la entrada a las entidades humanitarias.
No se detectó el comienzo
El representante de la OMS precisó que el contagio fue muy rápido porque no se detectó el comienzo de la epidemia, y puntualizó que aunque la respuesta es ahora la correcta, es extremadamente difícil frenar la enfermedad. De hecho, en la actualidad hay 217 centros sanitarios distribuidos en todo el país; sin embargo, el número de enfermos que mueren en sus propias casas sigue siendo muy alto.
Por ello, todas las agencias de Naciones Unidas están haciendo especial hincapié en las campañas de información, para que la población entienda los mecanismos de contagio de la enfermedad. La OMS admite que es «extremamente difícil» hacer una predicción de cómo va a evolucionar la epidemia, que es una de las más virulentas jamás registradas en el mundo. No obstante, la única solución es seguir presente en el terreno y contar con personal sanitario capacitado, con medicinas y, por supuesto, con dinero para poder hacer frente a ambos gastos. La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) lanzó el pasado noviembre un llamamiento en el que pidió 567 millones de dólares (442 millones de euros) para hacer frente a las actividades de la ONU en Zimbabue en el 2009. «A día de hoy no hemos recibido ni un solo centavo», afirmó la portavoz de la OCHA, Elisabeth Byrs.
Ante la magnitud de la tragedia, y a pesar de la nula donación, la OCHA va a revisar al alza el monto del llamamiento en los próximos días.