Mujeres nacidas detrás de la Cortina de Hierro admiten haber soñado con una Barbie toda la vida.
05 feb 2009 . Actualizado a las 17:48 h.Acusada de fomentar la anorexia y de deformar la imagen de la mujer desde la más tierna edad, con menos ventas y asediada por la competencia de otras, la famosa muñeca Barbie llega en crisis a los 50 años.
Bárbara Millicent Robert nació el 9 de marzo de 1959 en Willows, en el norteño estado de Wisconsin. Este juguete de 29 centímetros de altura, con piernas interminables y busto demasiado alto para ser real, pulverizó todos los récords tras causar furor en una Feria comercial el mismo año en Nueva York.
Con 300.000 ejemplares vendidos en aquel primer año, el juguete actualmente más vendido del mundo que terminó con las muñecas de miembros regordetes inspira ahora a más de 70 creadores de moda, incluyendo los más célebres.
Su club de admiradores cuenta 18 millones de miembros, socializa en Facebook y Myspace, y revolucionó el mundo de los niños y el de los adultos que intentaron muchas veces hacerle resistencia.
Mujeres nacidas detrás de la Cortina de Hierro admiten haber soñado con una Barbie toda la vida y muchas mujeres ahora convertidas en madres conservan con cariño y orgullo su colección.
La Semana de la Moda que se abre en Nueva York el 12 de febrero programó un acontecimiento donde unos 50 diseñadores celebrarán a la Barbie «como ícono de la moda» y presentarán un desfile en las tres dimensiones temporales (pasado, presente y futuro).
El fabricante de calzados francés Christian Louboutin vestirá sus pies.
La diseñadora Vera Wang creó el traje de novia que se venderá por 15.000 dólares en su versión de tamaño real. La muñeca con el mismo modelo cuesta 159,99 dólares en la juguetería «Toys'R'Us» de Times Square, donde todo un sector de la tienda le está dedicado, transformado en palacio donde el rosado es omnipresente.
El fabricante de juguetes Mattel, «padre» de la Barbie, acaba de firmar un contrato con la asociación de creadores norteamericanos. Su presidente Diane von Furstenberg define a la Barbie como «una mujer independiente y segura de sí misma, dotada de una extraordinaria capacidad para divertirse sin dejar de ser elegante».
La editorial Assouline publicará un libro de lujo titulado «Barbie», que saldrá a la venta por 500 dólares y mostrará a la muñeca vestida de Prada, Karl Lagerfeld o Alexander McQueen.
En sus 108 profesiones, Barbie tuvo todos los vestidos y accesorios posibles -1.000 millones de vestidos según su sitio oficial- y especialmente un uniforme aprobado por el Pentágono el día en que se enroló en el Ejército en 1989.
Tras sus «looks» al estilo Grace Kelly de los años 60, fue a Woodstock en los 70, se convirtió en empresaria en los 80 y fue candidata a la Casa Blanca en 1992. Y rompió con su novio Ken en 2004, haciendo correr ríos de tinta.
Pero más allá de haber perdido su pareja, los días de Barbie están en peligro porque las ventas volvieron a caer en 2008, por séptimo año consecutivo desde la aparición de su competencia Bratz, una muñeca de cabeza y ojos desmesurados con ropa que deja ver el ombligo, atributo al que Barbie recién accedió en 2000.
Mattel considera que posee los derechos del producto Bratz creado por un empleado y lanzado en 2001 por Mga Entertainment. Un juicio con múltiples peripecias ha dado la razón a una u otra parte.
Y para complicar las cosas, Barbie y su fabricante deberán soportar la publicación del libro «Juguete-Monstruo: el mundo malvado de Mattel», donde su autor Jerry Oppenheimer revela, entre otras cosas, la vida sexual de Jack Ryan, el ingeniero de cuya cabeza salieron Barbie y Ken.