Un posado después del masaje no aflojó el carácter de Lou

La Voz

SOCIEDAD

13 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El día no era perfecto, como su canción, pero el orvallo es tan típico de Galicia como el marisco. Lou Reed solo se dignó a cruzar uno de los claustros del Hotel San Francisco para un posado rápido con su mujer, Laurie Anderson, que al parecer fue más amable y agradable con el equipo que él.

Antes, el cantante neoyorquino se sometió a un masaje escandinavo que le aplicó una experta en un local de la calle San Clemente. Comió a base de productos gallegos, como hicieron el sábado sus músicos, que después de una hartada de pimientos de Padrón, caldo y lacón con grelos, descubrieron los efectos del licor café.