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El Boss trae a Santiago tres horas de música con sus grandes éxitos

Ángel Varela

SOCIEDAD

El norteamericano cambia el listado de canciones según las sugerencias que hacen los espectadores

01 ago 2009 . Actualizado a las 00:40 h.

El Boss es como un negativo de Michael Jackson. Mientras el rey del pop salía a la calle con mascarilla, vivía recluido en hoteles y sus contactos con los fans estaban estrictamente regulados por su legión de guardaespaldas, Springsteen se permite el lujo de ofrecer estampas de normalidad que rozan el surrealismo. El pasado domingo en San Mamés se paseó por el césped del campo bilbaíno dos horas antes del concierto, se acodó a una de las barras destinadas para el público y, cuando era reconocido entre exclamaciones de estupor, se hacía fotos sin ningún problema con el primero que pasase. El Boss había protagonizado otros alardes de naturalidad en su estancia vasca -su cuartel general estaba en el hotel María Cristina de San Sebastián-. Se le ha podido ver bañándose en la playa de la Concha y comiendo pinchos en el barrio viejo donostiarra.

Ya en el primer concierto de su gira española, la E Street Band abrió el show con una versión de la canción popular Desde Santurce a Bilbao interpretada con sumo virtuosismo por Nils Lofgren al acordeón -¿habrá versión de la Rianxeira el domingo en el Monte do Gozo santiagués?-. Posteriormente, el Boss animaba a un público ya entregado con lemas en castellano como «¡nosotros ponemos la música y, vosotros, el ruido!». Los 36.000 espectadores de San Mamés pudieron disfrutar de tres horas de música, que incluyeron un repaso a sus grandes éxitos y sólo un par de visitas a los desconocidos temas de último disco, Working on a Dream . Tras Bilbao, el Boss visita hoy Benidorm, y luego Sevilla (jueves), Valladolid (sábado) y Compostela (domingo), en donde finaliza su gira europea antes de continuar sus recitales en EE. UU. a mediados de agosto.

Además de la arrolladora potencia artística que muestra el Boss en escena junto a la E Street Band, el norteamericano demuestra que el directo hace décadas que no tiene secretos para él, y se permite el lujo de improvisar el repertorio. En San Mamés aceptó varias peticiones llegadas desde los carteles que mostraba el público y, a gusto del respetable, interpretó canciones como Santa Claus is Coming to Town y la mítica Thunder Road . Para los rezagados, ayer todavía quedaban 800 entradas para el recital compostelano (65 euros más gastos). Por lo que se vio en Bilbao, el recital podría merecer la pena.