No tratar a tiempo los miedos e inseguridades de los menores, puede generar trastornos de aprendizaje.
10 sep 2009 . Actualizado a las 00:25 h.Los padres no son los únicos que se estresan preparando el regreso a clases. Para los niños tampoco es divertido. Y aunque son muchos los pequeños que se toman las cosas con calma y disfrutan el inicio del ciclo escolar, la gran mayoría puede enfrentarse a un difícil período de adaptación.
El estrés en los menores aparece «cuando las exigencias de la vida diaria superan los recursos con que se cuenta», asegura Bibiana Infante Cano, directora del centro Supera Psicólogos.
La especialista añade que es necesario identificar a tiempo las situaciones de estrés escolar a fin de evitar los trastornos emocionales que puede desencadenar como depresión, ansiedad, tristeza, problemas de conducta, déficit de atención y psicosis.
De ahí que, durante los primeros días del ciclo, los padres deben estar atentos a los cambios de conducta de los niños. La doctora en psicología, Blanca Castro Valdivia, puntualiza que no es difícil darse cuenta porque los síntomas del estrés escolar son muy comunes: irritabilidad, angustia, somnolencia, tristeza, estreñimiento, falta de apetito y apego exagerado por ciertas personas.
«Es normal que los primeros días los niños se muestren más excitables e inquietos o presenten dificultad para conciliar el sueño», asegura Castro y añade que la tarea de los padres es favorecer la adaptación al nuevo ciclo mostrándose solidarios con los niños e involucrándolos en los preparativos.
En el caso de los niños que acuden por primera vez al cole, el período de adaptación puede ser más difícil. «Lo normal es que, si el alumno está bien y el ambiente que lo recibe es sano, el período de adaptación tarde entre 10 y 15 días, como máximo», comenta María Jesús Buceta Pouso, especialista en pedagogía. Si pasado ese tiempo el niño sigue sin querer ir al colegio, lo mejor es acudir con un experto.
El estrés escolar puede generar miedo e inseguridades que «inhiben toda capacidad de aprender y merma los recursos que el alumno pueda poner en marcha», asegura la pedagoga.
Ante todo, calma
El tedio de los niños ante el regreso a clases puede resultar molesto para los padres, pero no deben perder la calma. Si los mayores se enfadan y actúan agresivamente, los niños se estresan aún más.
Regañar o castigar a los pequeños por no querer ir al cole no es la solución. Lo mejor es relajarse y platicar con ellos para que puedan expresar qué es lo que les molesta. Escuchar a los hijos es de vital importancia para enfrentar el estrés. «Los padres deben entender que los niños están irritables y muestran problemas de conducta», dice Castro.
Perder el control genera en los pequeños un estrés aún mayor y se sienten impotentes al no tener la compresión de sus progenitores.
Los especialistas en psicología y educación sugieren afrontar los primeros días de clase con mucha tranquilidad, tolerar la actitud de los pequeños e intentar que se sientan apoyados en esta nueva etapa de su vida.
Diez recomendaciones para los padres
1. Los padres deben estar atentos a los cambios sutiles del comportamiento del niño que puedan reflejar ansiedad.
2. Es importante identificar el origen del estrés. Algunos de los factores más comunes son las altas expectativas respecto al rendimiento escolar, tanto en la escuela como en la casa, así como tareas excesivas, baja autoestima del niño y el acoso escolar.
3. Los padres deben participar con los niños en la realización de los deberes escolares, así como establecer un horario fijo y permitir períodos de descanso entre tarea y tarea.
4. Escuchar al niño con atención cuando exponga los problemas de la escuela y no tomar a la ligera lo que diga.
5. Si los padres se estresan, los niños también. Es importante levantarse con tiempo para que ir al colegio no se convierta en una actividad apresurada y agobiante por el poco tiempo con el que disponen.
6. Los niños más pequeños pueden llevar algún o bjeto que les resulta familiar y que le brinde seguridad, como el chupete, algún muñeco o su matita.
7. Es conveniente evitar las despedidas largas en el colegio.
8. Programar una incorporación progresiva a las rutinas de los deberes, el estudio y las actividades extra escolares, para que no empiecen con todo a la vez.
9. Mostrar a los niños una actitud entusiasta y alegre respecto a la escuela.
10. Acudir con un pediatra ante la presencia de cualquier malestar físico durante el período de adaptación. Si los síntomas se relacionan al estrés escolar, es importante consultar con un psicólogo.