Las deportistas creen que la falta de visibilidad en los medios hace que las chicas ni se planteen una carrera
18 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Más de la mitad de las adolescentes gallegas no practican deporte, al margen de las clases obligatorias de gimnasia; en cambio, el 75% de los chicos sí lo hacen, especialmente fútbol. ¿Por qué esta diferencia? ¿Cómo es posible que con toda la publicidad que tiene el deporte, con tantos beneficios como se le suponen, las mujeres gallegas apenas lo practiquen?
No es un fenómeno que se dé en Galicia, sino recurrente en toda España, y la explicación, según las Mulleres Deportistas Galegas (www.mudega.es), pasa por la falta de visibilidad de las deportistas. Según explica Pilar Neira, su presidenta, la situación es preocupante: «El deporte femenino ocupa el 0,3% de las noticias deportivas en los siete grandes diarios españoles». Otros estudios recalcan este silencio: las mujeres solo protagonizan el 3,4% de las informaciones deportivas y menos del 8% de las retransmisiones.
Una niña, por tanto, no tiene ídolos femeninos «y no puede querer ser Iker Casillas». El estereotipo de mujer deportista «está mal visto» y no resulta atractivo, por lo que ni la joven ni su familia apuestan por una carrera en el deporte que debería iniciarse en la infancia, ya que todos los expertos inciden en la importancia de comenzar la práctica «cuanto antes».
El dinero, fundamental
«Las mujeres que hacen deporte están solas -apunta Neira- tienen horarios peores de entrenamiento y partidos, no hay atención mediática y ni siquiera optan a los mismos premios». Un ejemplo: en un torneo de pádel en Galicia, la pareja ganadora se llevaba 1.000 euros si era de hombres y 150 si era de mujeres.
La falta de expectativas de éxito o futuro marca la decisión de muchas niñas de dejar el deporte. Camilo Davila Brun, entrenador del equipo de baloncesto de Calasancias, en Primera Nacional, reconoce que «el deporte femenino es más caro que el masculino».
Este aspecto es, para un entrenador que lleva décadas en el sector, fundamental: «Hay que invertir. Hay universidades, como la de Oviedo, que paga la matrícula y el piso a las deportistas y les da 3.000 euros». Con alicientes así es más fácil que una niña de 17 años no tire la toalla, o incluso que su familia la anime a seguir, aunque tenga que pagar trescientos euros por temporada.