Inaugurado el Burj Dubai, una ciudad vertical para 12.000 personas

DPA

SOCIEDAD

05 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Un templo del lujo a base de acero y cristal que roza el cielo: Burj Dubai, la torre más alta del mundo, fue inaugurada a bombo y platillo en el centro de la ciudad, mientras arrecian las críticas en todo el mundo por su desmesura. El rascacielos, con 828 metros de altura, supera en más de 300 al edificio que era referente hasta la fecha, el Taipei 1001, inaugurado en el 2004 en la capital de Taiwán y que tiene 509 metros. En España, la referencia es la Torre de Cristal de Madrid, con 250 metros.

Las primeras viviendas de la torre, cuya forma recuerda a un cohete, comenzarán a ocuparse en febrero, y quienes no sufran vértigo podrán admirar las vistas desde el mirador situado a 442 metros en el piso 164.

«Muchos hablan, nosotros lo logramos», reza el eslogan del jeque Mohammed bin Raschid al Maktum, encargado de inaugurar el rascacielos. Con 1.040 millones de euros (1.500 millones de dólares), las compañías Emaar y Adrian Smith han construido en un plazo de cinco años una especie de ciudad vertical para 12.000 personas. Residencias de lujo, oficinas, restaurantes y el primer hotel decorado por el modisto italiano Giorgio Armani contribuyen a que los más ricos, guapos y exitosos del mundo dispongan de una nueva dirección en sus agendas.

Para culminar la construcción de este rascacielos de 192 plantas han trabajado ingenieros de todo el mundo. Y el resultado no está exento de polémica: mientras algunos inversores y promotores inmobiliarios se regocijan con el superlativo y prestigioso proyecto del emirato, arquitectos, defensores del medio ambiente y activistas antiglobalización acusan al jeque Mo de megalomanía. Pero los árabes del golfo Pérsico no quieren vivir solo de los ingresos del petróleo. Con sus islas artificiales y desiertos reverdecidos buscan siempre la novedad, lo exclusivo.