Los primeros homínidos abandonaron los árboles y comenzaron a caminar erguidos y sobre sus dos pies hace al menos 3.600 millones de años. Y como algunos paleoantropólogos sospechaban, los Australopithecus afarensis fueron los primeros en erguirse de forma vertical y andar por el suelo de una manera más eficiente que sus parientes los chimpancés. Esto ha sido confirmado por un estudio difundido ayer por la revista PLoS ONE. Según científicos de tres universidades estadounidenses, se creía que hasta entonces esos homínidos no eran bípedos y pasaban la mayor parte de su vida en los árboles.
A finales del decenio de 1960, un grupo de científicos descubrieron en Laetoli, Tanzania, marcas de pisadas de homínidos preservadas en cenizas volcánicas desde hacía unos 3.600 millones de años. Según las averiguaciones de los expertos, habrían sido dejadas por miembros del grupo homínido Australopithecus afarensis . Esa especie incluye a Lucy, cuyo esqueleto fosilizado es el más completo de esta especie encontrado hasta ahora.
Según el estudio dirigido por David Raichlen, profesor de la Escuela de Antropología de la Universidad de Arizona, varias características de los Australopithecus encontradas en las caderas, piernas y espalda indicaban que los miembros de ese grupo eran bípedos cuando se desplazaban sobre tierra firme.
Sin embargo, la curvatura de sus dedos de pies y manos así como la de sus omóplatos también constituye una sólida evidencia de que Lucy y los otros miembros de su grupo pasaban parte de su tiempo en los árboles, según señala el estudio. Esas características difieren de las de los antepasados directos del Homo sapiens que, según los estudios, abandonaron la vida arbórea hace unos dos millones de años para convertirse en seres bípedos.
Para determinar el comienzo del bipedalismo entre los Australopithecus afarensis , los científicos realizaron un experimento en el que un grupo de seres humanos se desplazaban sobre la arena. Unos lo hacían de manera bípeda como los seres humanos modernos, y otros, inclinados como chimpancés. Los modelos tridimensionales de sus huellas fueron analizados por los científicos encabezados por Adam Gordon, del Laboratorio de Morfología Evolutiva de Primates de la Universidad de Albany (Nueva York).
Raichlen indicó que al analizar las pisadas de los Australopithecus los científicos esperaban encontrar huellas de un ser homínido que caminaba como un chimpancé y no erguido y bípedo. «Para nuestra sorpresa, las huellas de Laetoli se ajustan completamente a las de seres humanos normales», añadió.
Anatomía adaptada
Según el científico, las pisadas de Laetoli muestran marcas de los dedos y el talón similares a las de los seres humanos. «Este estudio sugiere que en un momento en que nuestros ancestros tenían una anatomía adaptada para vivir en los árboles gran parte del tiempo, también habían desarrollado una forma eficiente de bipedalismo», manifestó Gordon.