El torero de Galapagar recibió una cornada de 15 centímetros en Aguascalientes (México)
26 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.José Tomás se encuentra «sedado, con ventilación y estable dentro de la gravedad» después de recibir una gravísima cornada en la plaza mexicana de Aguascalientes. Los médicos tardaron más de tres horas en arreglar la herida de 15 centímetros en su muslo izquierdo, con una trayectoria hacia arriba y hacia atrás que lesionó las venas femorales, superficiales y profunda, y la ilíaca. Fue necesario reconstruir la arteria y la vena femorales.
El doctor Alfredo Ruiz, del hospital Hidalgo, de Aguascalientes, explicó que habrá que esperar 72 horas para ver la evolución del matador. Asimismo, agregó que la juventud y el buen estado de forma de Tomás hace que el equipo de médicos (formado por una decena de especialistas) sea optimista sobre su recuperación, aunque estará al menos seis meses lejos de los ruedos.
El diestro de Galapagar volvía a México, un país que le admira y donde se siente muy cómodo. Además, toreaba en una plaza, la Monumental de Aguascalientes, y en una feria, la de San Marcos, con un gran significado para él. Allí empezó a despuntar como novillero y también fue corneado por primera vez, en 1994, casualmente, con la misma ganadería que lastimó por primera vez a Manolete en el país centroamericano. Este sábado compartía cartel con los mexicanos Rafael Ortega y Octavio García, el Payo . Joaquín Sabina, el actor Diego Luna y miles de aficionados llenaban el coso.
Incontenible hemorragia
La corrida, con toros de Pepe Garfías, transcurría con normalidad. Tomás había cortado una oreja a su primer astado, Vinatero . El segundo del lote de Tomás, Navegante (470 kilos), se presentó más complicado. Avisó con dos extraños al torero, pero él no se amedrentó. Al tercero, el morlaco lo enganchó.
El maestro perdía mucha sangre y su subalterno Diego Martínez no dudó en meter la mano en la herida para taponar la hemorragia. Entre la cogida, el traslado hasta la enfermería y la operación, el torero perdió entre cinco y seis litros de sangre. Tal era la situación, que por megafonía se pidió a los espectadores que donaran sangre.
Los doctores decidieron hacer una primera intervención en la plaza para taponar las heridas y darle suero. En todo momento estuvo despierto y tranquilo a pesar de conocer la trascendencia de sus heridas. Después fue trasladado al hospital Hidalgo, donde los galenos terminaron la operación y fue ingresado en la unidad de cuidados intensivos. La gravedad de la herida impresionó a los doctores.