Del sexo oral de los murciélagos a las blasfemias antidolor

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN/LA VOZ.

SOCIEDAD

Los Ig Nobel premian en Harvard los hallazgos científicos más disparatados

02 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Ni serios ni ensimismados. Los científicos también tienen sentido del humor, y la mejor manera de demostrarlo es la gala de los Ig Nobel, que desde hace veinte años se celebra en la Universidad de Harvard (Estados Unidos), y que en la noche del jueves volvió a reunir a cientos de investigadores para premiar los inventos más disparatados y estrafalarios. Es la otra ciencia, la que nunca aspirará al Nobel, pero sí a los anti-Nobel. ¿Su objetivo? Destacar aquellas investigaciones que «nos hacen reír y después pensar».

Y si no se lo creen, aquí tienen la prueba: El Ig Nobel de Medicina fue a parar a un equipo holandés que demostró que subir en montaña rusa es una estupenda terapia contra el asma debido al «estrés emocional positivo que produce». No menos sorprendente fue el premio de Salud Pública para la Universidad de Maryland por advertir que los científicos con barba corren el riesgo de propagar bacterias en los laboratorios, pues estas pueden alojarse en sus pelos.

Más impactante aún fue el galardón de Biología, que recayó en un equipo de la Universidad de Bristol que desveló que los murciélagos también practican el sexo oral, ya que, en su caso, la felación prolonga el coito.

Una de las elecciones más acertadas fue el Ig Nobel de la Paz, que recayó en los preclaros científicos de la Universidad de Keele (Gran Bretaña) que demostraron que los juramentos y blasfemias que pronunciamos cuando recibimos un golpe rebajan el dolor. Muy de acuerdo con el dictamen del jurado se mostró el vicedirector de la Academia de Ciencias Médicas de Rusia, Igor Stupakov, para quien «algunas personas, si juran de todo corazón, toleran en efecto el dolor con más facilidad».

El premio de Física se adjudicó al descubrimiento de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda) por llegar a la conclusión de que los calcetines puestos por encima de los zapatos protegen de las caídas en el hielo, mientras que los ejecutivos de Goldman Sachs, AIG, Lehman Brothers o Merrill Lynch recibieron el anti-Nobel de Economía por «inventar nuevas formas de invertir dinero». El reconocimiento a la gestión fue concedido al investigador italiano Alessandro Pluchino por demostrar que la forma más eficiente de promover a un empleado de una empresa es al azar. El de Ingeniería fue para el uso de un helicóptero teledirigido para tomar muestras de moco de ballena en condiciones naturales, mientras que el de Química fue concedido a la petrolera BP por acabar con la vieja creencia de que el petróleo y el agua no se pueden mezclar.