Ordenados como curas los tres primeros ex obispos anglicanos

imanol allende LONDRES / CORRESPONSAL

SOCIEDAD

16 ene 2011 . Actualizado a las 11:33 h.

La Iglesia católica de Inglaterra y Gales llevó a cabo ayer la histórica ordenación como sacerdotes de tres ex obispos anglicanos, inaugurando una sección especial creada por Benedicto XVI, Personal Ordinariato, para poder dar acogida en Roma a todos los anglicanos que han optado por abandonar esta fe en protesta por la ordenación de mujeres y homosexuales como obispos. Los que fueron obispos de Ebbsfleet, Andrew Burnham; Richborough, Keith Newton, y Fulham, John Broadhurst, eran nombrados sacerdotes católicos romanos en un acto celebrado en la catedral de Westminster, en Londres.

Esta primera ordenación se produce a los cuatro meses de la visita del Papa al Reino Unido, y a los quince días de que los tres ex obispos fueran acogidos en el seno de la Iglesia católica. Newton, que está casado, era nombrado primer ordinario del Ordinariato Personal Nuestra Señora de Walsingham. «Me siento abrumado por el hecho de haber sido designado por el Santo Padre como el primer ordinario del Ordinariato Personal erigido en Gran Bretaña bajo las provisiones establecidas en la Constitución Apostólica Anglicanorum Coetibus», indicó Newton, quien agregó: «Espero que el Ordinariato sea un don para la Iglesia católica, y espero que, junto con los sacerdotes y fieles que se unan al Ordinariato, seamos de utilidad para toda la Iglesia». Se calcula que sigan sus pasos al menos dos obispos más y unos 600 feligreses.

Los casados no serán obispos

El Ordinariato recibirá a sacerdotes casados, quienes no podrán llegar a la jerarquía de obispos, y preservará algunas tradiciones y prácticas anglicanas. El padre Newton dijo en noviembre que no le importaba abandonar su estatus de obispo, pero que reconocía que su integración al nuevo grupo planteaba preocupaciones. La Iglesia de Inglaterra advirtió a los clérigos que deseen abandonarla que tendrán que encontrar formas alternativas de financiamiento y planes de jubilación. Además, los clérigos tendrán que buscar un trabajo para ganarse la vida y mantener a sus familias, y no podrán utilizar ni las casas ni las oficinas, ya que pertenecen a la Iglesia anglicana. La Iglesia católica en Inglaterra y Gales tiene un fondo para ayudar al Ordinariato de unos 350.000 euros, pero adelantaba que tendrá que encontrar más financiación de tipo caritativo.

A pesar de que la reacción del arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, fue medida y cauta ?«lamentamos su dimisión y salida de nuestra Iglesia»?, existe una gran preocupación tanto en la Iglesia anglicana como en el estamento político británico por el apoyo del Vaticano a aquellos que abandonen el anglicanismo, tal y como desvelaron los papeles de Wikileaks.