Suri Cruise, la hija de los actores Tom Cruise y Katie Holmes, es uno de los más claros exponentes de introducción precoz de una niña en el complejo universo de la moda. Desde que tenía dos años, sus padres se empeñaron en vestirla con zapatos de tacón, camisetas de manga corta en pleno invierno, modelitos de Armani y Versace y todo lo necesario para convertirla en lo que es hoy con solo 4 años: una de las diez menores de edad más influyentes de Hollywood, según Forbes, que el año pasado valoró sus modelitos en 1,4 millones de euros.
Las innumerables críticas recibidas no hicieron cambiar de idea a sus padres, empeñados en convertirla en un icono del mundo de la moda a tan temprana edad.
En línea con lo sucedido con Vogue París, Armani tropezó hace unos años con idéntico obstáculo. Para publicitar su línea de ropa para niños presentó una foto con dos pequeñas de 5 y 7 años, de rasgos orientales. Una de ellas aparecía en bikini y pantalón corto.
Las miradas sugerentes de los menores valieron a Armani críticas durísimas, entre las que cabe citar las del Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, que dijo que la imagen implicaba incluso «el fomento del turismo sexual».