Romeo Casabona, director de la cátedra de Derecho y Genoma, clausuró en A Coruña el máster de bioética hablando de los trasplantes de donante vivo.
22 ene 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Doctor en Derecho y Medicina, Romeo Casabona dirige la única cátedra de Derecho y Genoma de España, en el País Vasco. Experto en ética, ayer clausuró en A Coruña el máster de bioética hablando de los trasplantes de donante vivo.
?¿Los trasplantes también plantean dilemas éticos?
?El trasplante no solo supuso un cambio científico-médico, sino de la valoración sobre el principio de autonomía, la contemplación del propio cuerpo... Hasta entonces, no se podía tocar y mucho menos mutilar. Se plantearon además cuestiones como la comercialización, en España totalmente ilegal, y se impulsaron aspectos muy positivos, como la solidaridad humana. En este marco y en España, el país del mundo con más donación, parece que tocamos techo con los órganos de fallecidos, y surge el donante vivo.
?¿Y también nuevas dudas?
?Que no se ponga en peligro al propio donante, que dé su consentimiento libre de presiones, porque a veces en el seno de las familias puede haber cierta coacción, que su consentimiento sea informado, consciente, voluntario y convencido, que no haya interés pecuniario alguno...
?¿Existe el tráfico?
?Hay zonas del planeta en que sí ocurre y puede ser legal o no vender un riñón. Hay países en que estaba permitido, como la India, y los hay, siempre pobres, en que la compraventa es ilegal, pero tolerada, como Filipinas. Y hay otro nivel, más organizado, que pone en contacto a donantes del tercer mundo con receptores del primero.
?¿España está libre?
?Tiene un marco legal avanzado y el diciembre pasado se modificó el Código Penal para perseguir como delito cualquier comercialización de órganos. No existen casos, que se sepa aquí. Tolerarlo es fulminar la igualdad de oportunidades, porque solo serían donantes los pobres y receptores quienes pudieran pagar el riñón.
?Tampoco es real la equidad entre países.
?Así es. De ahí viene el turismo de trasplantes y nuevos debates. De manera automática, se podría decir que la prioridad es de quienes pagan impuestos y sostienen el sistema, de los ciudadanos españoles, pero también es cierto que en un mundo con tantos intereses algunos suponen, por ejemplo, llevar la industria pesada a los países pobres y beneficiarse de su producción. Yo dejaría una puerta abierta a la reflexión con esa idea ética de solidaridad humana.
?¿Hasta dónde de abierta?
?Creo que tenemos capacidad para absorber un porcentaje de trasplantes de fuera y se podría establecer que fuese en condiciones de máximo riesgo vital, independientemente del origen. Claro que la mejor solución sería, al margen de las complicaciones de desarrollo, exportar el modelo español, con todas las garantías de acceso, equidad y control. Ya se ha hecho con Latinoamérica y países como Italia.
carlos romeo director de la cátedra de derecho y genoma