HRW acusa a Ban Ki-moon de negarse a presionar a los Gobiernos que abusan de los derechos humanos

EFE

SOCIEDAD

La organización Human Rights Watch pone como ejemplo el caso de China.

25 ene 2011 . Actualizado a las 10:50 h.

La organización Human Rights Watch (HRW) acusó hoy al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, de ser «especialmente reacio» a presionar a los regímenes que abusan de los derechos humanos, como en el caso de China.

Ki-moon encabeza el apartado «Liderazgo Débil» del informe anual que difundió hoy la organización, del que también forman parte el primer ministro británico, David Cameron, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, todos ellos por su «falta de valentía» al encarar al gobierno de Hu Jintao.

«Como secretario general, (Ki-moon) tiene dos herramientas a su alcance para promocionar los derechos humanos: la diplomacia privada y su voz pública. Puede dar codazos a los gobiernos para que cambien a través de sus oficinas, o puede usar el estatus de su cargo para exponer a los que no están dispuestos a cambiar», reza el informe.

Sin embargo, continúa, «la renuencia de Ban a hablar claramente sobre los violadores de los derechos humanos significa que a menudo está eligiendo luchar con una mano atada detrás de su espalda».

La organización reconoce que el secretario general sí ha hecho «duros comentarios» sobre los derechos humanos en sus visitas a Turkmenistán y Uzbekistán, pero fue «mucho más reticente» cuando visitaba «un país poderoso como China».

«Además, ha depositado una fe indebida en su supuesta capacidad de convencer, mediante persuasión privada, a hombres como el presidente sudanés Omar al-Bashir, el líder militar de Birmania, Than Shwe, y el presidente de Sri Lanka, Mahinda Rajapaksa», indica.

En algunos casos, Ki-moon «fue más allá e incluso habló de los Gobiernos opresivos de forma positiva», según el informe.

Un ejemplo son las declaraciones del líder en los días anteriores a las fraudulentas elecciones de Birmania en noviembre, cuando dijo que «no era demasiado tarde» para hacer los comicios «más participativos» mediante la liberación de presos políticos.

De realizarse, esa propuesta «no habría logrado nivelar el tremendamente desigual terreno electoral», subraya HRW, que critica al líder por «subestimar» los consiguientes resultados al decir únicamente que habían sido «insuficientemente inclusivos, participativos y transparentes».

En cuanto a China, el secretario general «no hizo ninguna mención de los derechos humanos en su encuentro con el presidente chino Hu Jintao» en noviembre de 2010, «dejando el tema a funcionarios menores».

«Esa omisión dejó la impresión de que para el secretario general, los derechos humanos eran, como mucho, una prioridad de segundo rango», afirma el informe.

La organización también critica que, en sus comentarios a la concesión del premio Nobel de la Paz al disidente político chino Liu Xiaobo, Ki-Moon «nunca le felicitara o exigiera su liberación de la prisión, sino que, por el contrario, alabara a Pekín».

HRW cita declaraciones como una en la que Ki-moon aseguraba que China se había «unido a la tendencia internacional en su adhesión a los instrumentos y prácticas reconocidos en derechos humanos».