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Las cosquillas se convierten en un lucrativo negocio

alejandro posilio MADRID / LA VOZ

SOCIEDAD

Abre en Madrid el primer centro de España donde se paga por recibirlas

04 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Los amantes de las cosquillas están de enhorabuena, pues hace unas semanas abrió en Madrid el primer centro de España, y posiblemente del mundo, donde se disfruta de esos relajantes roces a cambio de un estipendio. Y aunque sea pronto para afirmarlo, esta relajante idea se está convirtiendo en un lucrativo negocio.

En Cosquillearte, un pequeño local en el centro de la capital, lo primero que llama la atención es la diferencia que muestran las caras de los clientes al entrar y al salir. Los síntomas de estrés y tensión se transforman en relax y sonrisas gracias a las yemas de los dedos, el dorso de las manos y los antebrazos de las terapeutas y quiromasajistas especializadas en estimular el sistema nervioso de sus clientes en vez de sus músculos.

«He disfrutado enormemente. Ha sido muy relajante y agradable. Es la primera vez que vengo y pienso repetir», afirmaba ayer Marta Alonso, una joven estudiante madrileña que gozó de esta experiencia junto con su abuela, Concepción Cabezas, quien costeó la iniciativa: «Ha estado muy bien. Se lo aconsejaré a mis amigos. Este servicio puede sustituir en muchos casos a gente que no tiene quien le toque», señala esta jubilada.

Aunque ya han entrado todo tipo de clientes, incluso una joven pareja de A Coruña que llegó el pasado fin de semana expresamente para comprobarlo, Lourdes Nieto, una de las terapeutas, asegura que le ha sorprendido la gran cantidad de hombres adultos solos que solicitan este servicio. «Las mujeres suelen venir en pareja», puntualiza. El placer cosquillero, a la luz de unas velas y bajo relajantes melodías, se puede prolongar desde 15 minutos (15 euros) hasta una hora (50 euros). Pero los tratamientos estrella son el Fascinante, para los locos de las cosquillas, al recibirlas de cuatro manos a la vez, y el Emparejarte, donde la experiencia se comparte con otro. La idea de abrir este negocio nació en una playa de Cuba en la mente de una joven emprendedora que guarda el anonimato porque ejerce otra profesión.

El éxito es tan grande que ya le han pedido que estrene más centros en otras ciudades. Incluso estudian poner una franquicia, pues tras el éxito de Navidad, las reservas por San Valentín no paran.