El estudio, solicitado por Greenpeace, está basado en la toma de muestras el pasado 9 de febrero en diez enclaves diferentes
07 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.El agua del río Ebro, el más caudaloso del país, está recalentada a lo largo de 19 kilómetros que rodean la central nuclear de Garoña (Burgos), según un informe de la empresa Anbiotek solicitado por Greenpeace. El estudio está basado en la toma de muestras el pasado 9 de febrero en diez enclaves diferentes, desde diez kilómetros antes de la central (localidad de Frías) hasta seis cauce abajo (presa de Sobrón). Y en algunos puntos el agua se calienta diez grados más del máximo autorizado por la confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).
Garoña, situada junto al Ebro, se refrigera mediante la captación de 24 metros cúbicos de agua por segundo, que luego vuelven al cauce. Cuando se construyó, su compromiso con la CHE fue que el agua retornada no podría elevar la temperatura del río en más de tres grados. Pero los datos de Anbiotek revelan que incluso dos kilómetros antes de llegar a Garoña el agua ha pasado de 6,6 grados a 13, que en la zona del vertido se alcanzan los 24 grados y que cuatro kilómetros cauce abajo la temperatura es superior a 211 grados.
Datos falsos
Greenpeace también denunció que los responsables de la central falsean los datos que envían a la CHE, institución que reconoce que no realiza controles termométricos porque son suficientes los que lleva a cabo Nuclenor, la empresa propietaria de las instalaciones. «Por todo ello, vamos a denunciar judicialmente lo que está sucediendo y exigimos el cierre de la nuclear», aseguró ayer Carlos Bravo, responsable de la campaña nuclear de la organización. Este ecologista resaltó que los graves problemas de refrigeración de la central nuclear hacen «imposible» cumplir el límite estipulado de incremento de la temperatura en el río».
Nuclenor rechazó ayer las acusaciones de Greenpeace y resaltó que la central cumple la legislacion vigente y que los informes técnicos señalan que los incrementos de temperatura son muy bajos y carecen de significación ecológica.