«Echo de menos mi casita de Lugo», confiesa Alejandra Alonso, nueva imagen de Chanel y Armani para esta temporada primavera-verano
07 abr 2011 . Actualizado a las 14:06 h.Las firmas más glamurosas de la alta costura se rifan su mirada profunda y sus fascinantes ojos verdes, que van camino de convertirla en una de las modelos más cotizadas de la pasarela internacional. Con apenas 19 años Alejandra Alonso ha dado este año el salto definitivo hacia el estrellato. Cibeles la distinguió en febrero como la mejor maniquí del último año y solo dos meses más tarde aparece como imagen de los catálogos de primavera-verano 2011 de Armani Exchange, Blanco, Mango... y la bomba: la nueva colección Metiers D?art, Paris-Byzance, de Chanel, siendo fotografiada para el Lookbook en el papel de la emperatriz Teodora de Bizancio por el gran Karl Lagerfeld, al que ella define como «muy humilde, dulce y buena persona». Y se enorgullece: «Ha sido un honor trabajar con él».
Su 1,77 de estatura le abrió las puertas de las fashion weeks de Milán, Nueva York y París, donde desfiló para Chanel en octubre. Pero también ha sido imagen de Dolce & Gabbana, TopShop, Diane von Furstenberg, Just Cavalli, Yves Saint Laurent, Rocco Barocco...
Infancia en Viveiro
Desde Nueva York, donde reside por exigencias profesionales, ha encontrado un hueco entre avión y avión para descargar estrés de pasarela y desnudar sus sentimientos para La Voz de Galicia. «Lo que menos me gusta de la vida de modelo es la soledad -confiesa-, echo muchísimo de menos a mis padres, a mis amigos, las reuniones familiares en mi casita de Lugo y a mi perra. Las modelos pasamos mucho tiempo solas».
Aunque nació en Valencia, la nueva estrella de Traffic Models, Pedrido de primer apellido, se crió en Lugo, de donde son sus padres, y proclama con orgullo sus orígenes: «De Galicia tengo recuerdos increíbles, de los veranos en Viveiro con mi abuela, a la que quiero muchísimo y echo de menos aún más, jugando con los niños por la calle, en la playa... fueron tiempos increíbles. Y más recientes aún en mi casita de la Louzaneta [Lugo], con mis padres, mi hermana y las comidas familiares. En Navidad nos juntamos allí toda la familia. Volveré en agosto para descansar un poquito».
Alejandra compagina su trabajo en Nueva York con las grandes citas europeas a base de «mucho estrés, poco tiempo y un montón de aviones en época de fashion weeks. ¡Parece que vivimos en los aeropuertos!», protesta. Sobre las pasarelas no oculta que Nueva York es «la que menos» le convence, «porque es la más dura, en la que tienes que hacer más castings, andando siempre de un lado para otro, recorriendo toda la ciudad... Es una locura. Milán me agrada porque tienes chófer para ir a los castings y, además, me encantan los diseñadores de allí y la gente italiana. En París haces menos castings, cosa que me alegra bastante, la verdad, y me parece que es quizá la más elegante y clásica, aunque buscan más bien chicas de un estilo diferente al mío, así que hago menos desfiles».
Estrés y mucha presión
Sus planes este año pasan por asentar su vida neoyorquina y, cuando llegue la época, alternar con las pasarelas europeas. Es una vida muy exigente, una carrera contrarreloj. En muchas ocasiones tienes presión y estrés por falta de tiempo, porque viajas mucho y porque no les puedes gustar a todos los clientes, claro, y te sientes mal por eso».
La exigencia procede también de sus estrictos cuidados corporales: «Procuro comer muchas proteínas y verduras, y evitar los hidratos, aunque de vez en cuando me doy un caprichito, claro. También voy al gimnasio».
En Nueva York exprime al máximo el placer de ir de compras, al cine o quedar con los amigos. «Leo también muchos libros y estudio inglés», apostilla. Y en cuanto a su estilo, le agrada ir «cómoda, con muchas camisetas básicas, colores oscuros, vaqueros ajustados, chaquetas de cuero, botas y vestidos cortos y shorts en verano». De esta temporada le gusta «que se lleve el color nude».