Desde la muerte de Rocío, para Ortega Cano todo han sido disgustos
01 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.El 1 de junio del 2006 el ex torero José Ortega Cano velaba el cuerpo de su mujer, la cantante Rocío Jurado, fallecida a los 61 años por un cáncer de páncreas. Hoy, cinco años más tarde, el hijo adoptado por la pareja, José Fernando (17 años), espera en una habitación del hospital Virgen de la Macarena de Sevilla la evolución de su padre, en la uci, sedado y con respiración asistida, tras un gravísimo accidente de tráfico.
El fatídico aniversario de la muerte de Rocío es el colofón a un lustro muy negativo para el matador. A la muerte de su mujer en el 2006, Ortega tuvo que sumar, un año y medio después, la de su madre, a quien estaba especialmente unido. Después intentó volver a los ruedos con bastante poco éxito y hasta un amor que prometía devolverle la sonrisa se convirtió en un disgusto, al tener cierta vinculación con redes de prostitución. Para colmo de males, en las últimas semanas, sus dos familias, es decir, sus hermanos y los de su mujer, se han enfrentado en los platós de Telecinco a raíz de lo que tendría que ser una fiesta para todos, la boda de la sobrina de Rocío Chayo Mohedano. En algunos programas de la cadena se habló de la vida privada del torero poniendo en entredicho su salud y especulando sobre su vida.
Su estado empeora
Tras todo lo anterior, Ortega sufrió el sábado un accidente de coche, provocado por él mismo, que le costó la vida a un hombre que circulaba en otro vehículo; la familia de este conductor pide que se compruebe si Ortega superaba la tasa de alcohol permitida en el momento del choque. Tampoco le van bien las cosas a él personalmente, ya que ayer podría haber empeorado su delicado estado de salud.
Aunque el parte médico de media mañana decía que seguía estable dentro de la gravedad, sus familiares explicaron que sufrió nuevas hemorragias internas, que no se pueden operar porque los médicos dudan de que resista un nuevo paso por el quirófano -el domingo tuvo dos intervenciones de varias horas-. Además, según comentaron, sufre convulsiones, fiebre y ahora se ha detectado una fisura en una vértebra. En caso de superar las próximas horas y mejorar, el ex torero tendrá que someterse a varias operaciones de reconstrucción de las piernas, una de las cuales está prácticamente destrozada.
Su hijastra, Rocío Carrasco, le mandó un cariñoso saludo ayer desde el programa de Canal Sur que presenta, y sus familiares le acompañan en todo momento en el hospital.