La declaración de los testigos del caso Ortega Cano crea más confusión

sevilla / efe

SOCIEDAD

Los letrados de la acusación indicaron a los periodistas que los testigos definieron la conducción del torero como «totalmente irregular, poniendo en peligro la circulación»

23 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Los abogados de la familia de Carlos Parra, fallecido en el siniestro en el que se vio implicado Ortega Cano, aseguraron ayer que la pareja de jóvenes que acusó al diestro de conducción temeraria ratificó ante el juez de Instrucción 9 de Sevilla lo que ya había dicho al servicio de emergencias 112 e incluso amplió su testimonio, que «pone los vellos de punta».

Los letrados de la acusación indicaron a los periodistas que los testigos definieron la conducción del torero como «totalmente irregular, poniendo en peligro la circulación». También precisaron que el vehículo que conducía se pegaba mucho a los que le precedían y que les adelantó «en un paso de peatones con badén» en la localidad de Burguillos, tras lo que condujo «más de cien metros» por el carril contrario dentro del casco urbano.

Posteriormente, según esta versión, se reincorporó a su carril, hasta que en una «curva sin visibilidad» volvió a invadir el sentido contrario. Le siguieron hasta que se paró en un hotel situado a la salida de Burguillos.

Por su parte, los abogados del diestro, Enrique Trebolle y Jesús Zapatero, negaron a los periodistas que, como sostiene la acusación, los testigos hubiesen ratificado la presunta «conducción temeraria» del torero, al matizar que además lo vieron «45 minutos antes del accidente». Mencionaron que los testigos habían matizado mucho sus declaraciones ante la Guardia Civil, indicando que el diestro iba a «una velocidad adecuada, respetando las normas».

Ante la controversia de las versiones, la defensa del diestro pidió prudencia y afirmó que quiere que se trate a Ortega Cano «igual que a cualquier otro ciudadano, ni mejor ni peor» y reitera su «sentimiento de pesar» por la víctima, como ya hizo el torero a su salida del hospital de Sevilla. Esperan que «tenga en cuenta la acusación», pues tienen «las puertas abiertas a cualquier diálogo» que se pudiera producir en el futuro.

A finales del pasado mes de junio se conoció que el análisis de sangre efectuado al torero por el Instituto Nacional de Toxicología dio un resultado de 1,26 gramos de alcohol en sangre, cuando el límite máximo es de 0,5 gramos.