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La nicotina activa en el cerebro la grasa que hace adelgazar

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Científicos gallegos hallan el mecanismo por el que se pierde peso al fumar

06 mar 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La nicotina adelgaza. Lo saben bien los fumadores que han dejado el hábito y que al cabo del tiempo se encuentran con unos kilos de más. Es una realidad práctica que ahora tiene un fundamento científico gracias a un trabajo desarrollado por investigadores del departamento de Fisiología de la Universidade de Santiago dirigidos por Miguel López y que se ha publicado en Internet (http://dx.doi.org/10.2337/db11-1079) en la revista científica Diabetes. En el trabajo, que forma parte de la tesis doctoral de Pablo Blanco, los científicos han demostrado en un experimento en ratas que el componente más adictivo del tabaco actúa en las neuronas de una parte del hipotálamo e inhibe la acción de una proteína, la AMPK, cuya desactivación provoca una reducción de la ingesta y aumenta el gasto energético, lo que ayuda a «quemar» más grasa.

Temperatura corporal

Los investigadores, que llevan desde el 2003 trabajando con esta enzima, habían comprobado previamente que modificándola podían conseguir que animales que comían mucho perdieran peso y, al contrario, que los que consumían poca comida ganaran peso. A partir de este trabajo previo y de la estimación de que la nicotina reduce el apetito decidieron comprobar si existía una relación entre ambos fenómenos. Y la hallaron: la nicotina inhibía la proteína. O, dicho de otra forma, según relata Miguel López, «encontramos el mecanismo molecular que explica por qué la nicotina hace que se pierda peso». Al modular la acción de la proteína AMPK, lo que se hace es activar la grasa parda que, a diferencia de la blanca, consume energía para aumentar la temperatura corporal, con lo que se adelgaza.

El hallazgo identifica una diana terapéutica en el cerebro que abre la vía al diseño de fármacos para tratar la obesidad con principios activos que, como la nicotina, inhiban la acción de la proteína. «La nicotina es solo un ejemplo -dice López-. Ahora lo que habría es que buscar una molécula que tenga un efecto similar y que actúe en las neuronas del hipotálamo». Sería un tratamiento nuevo que, a diferencia de los ya existentes, además de reducir el apetito estimularía el gasto energético. Y aquí radica su principal ventaja.