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El padre del concepto de «Gaia» admite que fue alarmista sobre el cambio climático

La Voz

SOCIEDAD

James Lovelock afirma que el calentamiento global no ha aumentado tanto como se creía a finales del siglo pasado

24 abr 2012 . Actualizado a las 23:27 h.

James Lovelock, el autor del popular concepto de 'Gaia', que considera que la Tierra es un organismo único y afectado por una enfermedad de pronóstico grave para la supervivencia humana por la evolución del clima del planeta, explicará en su próximo libro que él y gente como el ex vicepresidente americano, Al Gore, han sido alarmistas sobre el calentamiento.

«Antes de que termine este siglo miles de millones de personas moriremos y las pocas parejas con capacidad de procreación vivirán en el Ártico, donde el clima será tolerable», escribió Lovelock hace seis años. En 2009 defendía la supresión de la democracia y los gobiernos legítimamente constituidos por gente técnicamente competente para hacer frente a los retos planteados por un cambio climático catastrófico.

Pero ahora ha declarado al canal MSNBC que «no sabemos lo que hace el clima. Hace veinte años creíamos que sabíamos», añadió. «Eso llevó a escribir algunos libros alarmistas, como el mío, porque parecía claro lo que iba a ocurrir, pero no está ocurriendo. El mundo no se ha calentado mucho en el nuevo milenio. Se supone que teníamos que estar ahora a medio camino hacia un mundo frito, pero han pasado doce años, un tiempo razonable, y la temperatura ha permanecido casi constante».

Lovelock confirma que esto está ocurriendo a pesar de que están aumentando las emisiones de CO2 por el desarrollo industrial de países muy poblados y llega a la conclusión de que, aunque el dióxido de carbono tiene un efecto invernadero y produce calentamiento, aún no se entiende su relación con los océanos. «El mar podría crear la diferencia entre una era caliente o fría», concluye en la entrevista.

James Lovelock ha alcanzado gran reputación internacional por sus obras de literatura científica y por su peculiar labor, en un laboratorio solitario en el oeste de Inglaterra. Ha sido amigo y confidente del príncipe Carlos y da charlas públicas y entrevistas a los medios. Y a sus 92 años está escribiendo un nuevo libro. «Soy independiente y puedo decir que me equivoqué», dijo a Msnbc y señaló que eso es más difícil para científicos que dependen de subvenciones.