Mañana es el aniversario de La Bodeguita del Medio, el restaurante más internacional de La Habana, donde se sirve el famoso mojito, cóctel de ron, lima y soda que cautivó entre otros al escritor Ernest Hemingway
25 abr 2012 . Actualizado a las 20:51 h.La Bodeguita del Medio, el restaurante más famoso de Cuba y cuna del mejor mojito del mundo, está de cumpleaños. Mañana soplará 70 velas el local ubicado en el corazón de La Habana, que se ha hecho conocido internacionalmente por el cóctel de ron, lima y soda. Desde 1942, año de su fundación, La Bodeguita se ha ido convirtiendo en un auténtico icono de la identidad popular cubana.
Zumo de media lima, una rama de hierbabuena, media cucharadita de azúcar, soda o agua de sifón, angostura -un condimento de sabor amargo- y, sobre todo, ron -oscuro o blanco-. Añadir hielo picado y mezclar todo. Es la receta del mojito, el brebaje cubano que ha contribuido a la notoriedad del bar. «La Bodeguita se hizo famosa sobre todo por el mojito: es la bebida emblemática de la casa», dice Somalia Pérez, administradora del restaurante. El nacimiento del cóctel es anterior a la fundación del local, pero fue en La Bodeguita donde se ganó el reconocimiento a nivel internacional, según Pérez.
Gran parte de culpa la tuvo el escritor estadounidense Ernest Hemingway. El novelista hizo de la isla cubana su segunda casa, y de La Bodeguita su lugar de culto culinario a mediados del siglo XX. De la pared del restaurante habanero cuelga un cuadro que es testigo de la pasión de Hemingway por el elixir. «Mi mojito en La Bodeguita y mi daiquirí en El Floridita», reza la inscripción, en referencia también a otro cóctel y local famosos de La Habana.
No fue Ernest Hemingway el único artista que degustó la comida del restaurante habanero. El actor australiano-americano Errol Flynn o el mexicano Mario Moreno, Cantinflas, son otros de los más célebres comensales de La Bodeguita. «El local debe su nombre a los artistas, a todas esas personas de vida bohemia que venían acá», afirma Somalia Pérez.
El otro símbolo que hace del septuagenario restaurante un sitio especial son las pintadas de la pared. Pocos huecos quedan ya libres desde que el poeta cubano Nicolás Guillén fuera el primero en estampar su firma en los muros de La Bodeguita. Miles de nombres y dedicatorias de visitantes de todo el mundo decoran el local, donde los únicos espacios disponibles aparecen por la antigüedad de los grafitis, que se difuminan y funden con el tabique bajo capas y capas de tinta.
El ambiente cubano del local es coronado por la deliciosa y variada comida criolla, con platos típicos de la isla caribeña. Y, sobre todo, por la música ambiente en vivo. Grupos de músicos cubanos se pasean por las mesas animando a los comensales con ritmos de artistas de la isla, en especial del eterno Compay Segundo. Incluso se puede oír el Que viva España, de Manolo Escobar, si los turistas son españoles y animados.
Ángel Martínez, un emprendedor llegado a La Habana desde la ciudad de Villa Clara, fue el fundador de La Bodeguita del Medio en 1942. Entonces era solo una tienda de alimentos. Pronto se hizo popular por su comida casera y Martínez decidió reabrirla en 1950 como restaurante con el nombre actual, que tomó de su inusual ubicación en el centro de la calle -las típicas bodegas de la ciudad solían estar en las esquinas-. El mesón fue nacionalizado en 1968, y desde 2008 lo administra el Ministerio de Turismo cubano. Ha dado el salto al extranjero, ya que, actualmente, hasta seis países cuentan con una Bodeguita del Medio patrocinada por las autoridades de la isla caribeña.
Mañana, La Bodeguita del Medio festejará sus 70 años de existencia con una cena de gala al precio de 30 dólares. Seguro que allí, en su calle Empedrado del barrio La Habana Vieja, se brindará con unos cuantos mojitos para celebrarlo. «El mojito es un pedacito de Cuba que se le ha ofrecido a cada uno de los visitantes que ha tenido La Bodeguita en estos 70 años», remata Somalia Pérez.