El seguimiento de la chatarra cósmica evita riesgos a los satélites
17 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.La escena de la evacuación de la tripulación de la Estación Espacial Internacional (ISS) y el cambio de órbita del complejo para prevenir la amenaza del impacto de un fragmento de chatarra cósmica ha dejado de ser un suceso extraordinario para convertirse en algo casi rutinario. Ni la estación orbital ni los miles de satélites que operan en el espacio están a salvo de colisionar con restos de la basura galáctica, un problema que ha pasado de la categoría de anécdota, tras el lanzamiento del Sputnik en 1957, a la de riesgo real que trae en jaque a la comunidad internacional.
Hasta 16.350 fragmentos pertenecientes a antiguos satélites, cohetes o incluso pequeñas herramientas de los astronautas flotan en el espacio alrededor de la Tierra formando una masa dispersa de más de cien toneladas de peso. Detectar a tiempo la trayectoria de estos miles de fragmentos resulta crucial para garantizar el éxito de futuras misiones espaciales y para salvaguardar la seguridad de los más de seis mil satélites operativos. Y este es, precisamente, el objetivo del radar experimental que la Agencia Espacial Europea (ESA) ha instalado en Santorcaz, una localidad situada a unos treinta kilómetros de Madrid.
La detección temprana de restos de chatarra cósmica es, según la ESA, «fundamental para alertar a los operadores de los satélites a tiempo para planificar maniobras de evasión, siempre que exista riesgo de colisión».
El radar es de tipo monoestático, lo que significa que el transmisor y el receptor se encuentran en el mismo lugar, separados por unos pocos cientos de metros. Su instalación parte del programa de Conocimiento del Medio Espacial de la agencia europea, que encargó a la compañía española Indra Espacio, la contratista principal, el diseño y desarrollo del transmisor del radar. «El desarrollo de este radar confirma la excelencia internacional de la industria española y alemana en el campo de la detección de fragmentos de basura espacial», resaltó Nicolas Bobrinsky, responsable del programa de Conocimiento del Medio Espacial de la ESA, quien calificó a la iniciativa ahora puesta en práctica de «importante hito» espacial.