Alianzas del comercio justo para Guillermo y Estefanía

álvaro soto LUXEMBURGO / COLPISA

SOCIEDAD

Los recién casados salieron del templo precedidos por un ramillete de niños. Arriba, la cola del vestido de Estefanía, que se fundió en un beso con el gran duque Guillermo en el balcón del palacio ducal. Abajo, los príncipes de Asturias abandonan la catedral.<span lang= es-es > LAMBERT / V. KESSLER / C. HARTMANN / C. KARABA </span><span lang= es-es >afp / reuters / efe</span>
Los recién casados salieron del templo precedidos por un ramillete de niños. Arriba, la cola del vestido de Estefanía, que se fundió en un beso con el gran duque Guillermo en el balcón del palacio ducal. Abajo, los príncipes de Asturias abandonan la catedral. LAMBERT / V. KESSLER / C. HARTMANN / C. KARABA afp / reuters / efe

Los Príncipes de Asturias acudieron a la boda real de Luxemburgo

21 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El gran duque heredero de Luxemburgo, Guillermo, se casó por la iglesia ayer con la condesa belga Estefanía de Lannoy, en una ceremonia que contó con la presencia de numerosas personalidades de la realeza mundial y que mezcló la tradición y modernidad.

Vestida con un traje de novia blanco-marfil obra del diseñador Elie Saab, Estefanía entró en la catedral de la mano de su hermano mayor, Jehan. El gran duque heredero acudió a la ceremonia vestido de uniforme. Detrás de la joven pareja, además de sus familiares, tomaron asiento el rey Alberto II de Bélgica y la reina Paola, que tienen lazos de parentesco con la monarquía luxemburguesa.

Los príncipes de Asturias estuvieron en el enlace. Letizia lució un abrigo y vestido de guipur de seda en color rosa palo, confeccionado por Felipe Varela, su diseñador predilecto. Además, llevó un sombrero de los diseñadores vallisoletanos Pablo y Mayaya, una pamela de paja italiana con el ala levantada y un bandeaux de organza con un aderezo de plumas.

También acudieron el rey de Noruega Harald V y la reina Sonia, el príncipe Juan Adán II de Liechtenstein y la princesa, la reina Beatriz de Holanda, la reina Margarita de Dinamarca y el príncipe consorte Henrik, la reina Silvia de Suecia o la princesa Lalla Salma, esposa del rey Mohamed VI de Marruecos.

Sin embargo, esta boda, que costó unos 500.000 euros a los contribuyentes del Gran Ducado, también tuvo toques de modernidad, a petición de los novios, que invitaron a 270 ciudadanos luxemburgueses a acompañarles en la catedral. Las alianzas de oro que intercambiaron procedían del comercio justo. El alcalde de Luxemburgo estaba acompañado de su compañero oficial, y una parte de los príncipes y princesas llegaron a la catedral montados en un minibús verde.