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Treinta mil gallegos pueden recibir la alternativa al Sintrom

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

El fármaco tradicional funciona mal en el 40 % de los pacientes

22 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Son más seguros, más eficaces y, sobre todo, en el futuro evitarán a casi un millón de pacientes en España y a 70.000 gallegos tener que pasar por la tiranía de realizarse un control de sangre una vez al mes para controlar la medicación, lo que ahorraría molestias a los enfermos y, a la vez, dinero al sistema sanitario. Así es la nueva generación de fármacos anticoagulantes que se presentan como alternativa al Sintrom, un medicamento que ha salvado muchas vidas a lo largo de los últimos cincuenta años en la prevención del ictus, pero que aún presenta importantes efectos secundarios y que no resulta eficaz a un 40 % de los pacientes tratados (esos 30.000 gallegos candidatos a la nueva generación de medicinas). Dos de los nuevos fármacos, Davigatran y Rivaroxaban ya están en el mercado; el tercero, Apixaban, se espera para enero; y el cuarto, Edoxaban, llegará dentro de dos años.

«Es una nueva familia de anticoagulantes que viene para quedarse», asegura José Ramón González-Juanatey, presidente de la Sociedad Española de Cardiología y responsable del servicio de cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago.

¿Significa esto que el Sintrom tiene los días contados? No, al medicamento tradicional aún le queda un largo recorrido antes de que desaparezca su administración, sobre todo porque resulta mucho más barato que los nuevos y porque el tratamiento aún es efectivo en un elevado número de pacientes que, eso sí, necesitarán seguir controlados con los análisis de sangre mensuales.

«Hay muchos pacientes que toman Sintrom y que están bien controlados, y esos pacientes deben continuar tomándolo. Es un fármaco muy importante, porque reduce en un 70 % el riesgo de tener un ictus, que es la primera causa de muerte femenina en España y la segunda en hombres en Galicia», explica Juanatey.

Queda, sin embargo, un porcentaje nada despreciable de personas, en torno a un 40 %, que necesitan anticoagulantes, pero a las que el tratamiento convencional no les funciona adecuadamente. En Galicia, si se extrapolan los datos del estudio Barbanza, son unas 30.000 personas las que precisarían una alternativa. Son los candidatos a recibir los nuevos y más eficaces anticoagulantes orales, que en casos como el Rivoraxaban solo necesitan una pastilla al día.

La propia Consellería de Sanidade ha emitido una recomendación, consensuada con los profesionales, en la que contempla la posibilidad de administrar los nuevos fármacos a las personas que tienen un mal control con el Sintrom.

«Es un buen marco para regular el uso de los nuevos fármacos con el que la Sociedad Española de Cardiología está de acuerdo», resalta González-Juanatey, quien insiste en que «hay pacientes bien controlados en los que no hay necesidad de cambiarles el tratamiento». De momento, y mientras dure la crisis, será necesario priorizar.