Ignorar al ciberacosador sin responder a la provocación es la forma de atajar el problema, dice López Bergantiños.
-¿Cuál es el perfil del acosador?
-No hay uno concreto, pero todos buscan hacer daño sin motivo, ser agresivos de forma habitual, quizá por una carencia personal o afectiva. Cuando se cansan de machacar a una víctima, van a por otra. Por ejemplo, un testigo.
-¿Qué papel desempeñan los testigos?
-Un papel clave. A veces ven lo que pasa, pero no actúan por temor a convertirse en víctimas. Y no se debe hacer eso. No se puede perder la sensibilidad hasta concebir el problema como algo normal. Que te cuenten un caso de acoso a un tercero ya te convierte en testigo, y no debes callarte aunque te llamen chivato.
-¿Chivato?
-Sí, una palabra feísima. Los alumnos creen que lo son, pero yo siempre les digo que no, que eso es otra cosa. Cuando hablamos de sacar a la luz un caso de bullying hablamos de ser responsable y maduro, no de ser un chivato.
-¿Cómo debe actuar la víctima?
-El maltratador ataca al que responde, no al que ignora, así que es mejor ignorar, nunca responder a la violencia de unas palabras o de un acto, porque eso generará más violencia. Si ve que consigue hacer daño, seguirá machacando. Lo ideal, aunque difícil, es crear un escudo, que él vea y comprenda claramente que no puede hacer daño.