Magdalena de Suecia, la princesa rupturista

Colpisa

SOCIEDAD

La hija menor del rey de Suecia se casa con el estadounidense Crhistopher O'Neill poniendo fin a varias tradiciones

08 jun 2013 . Actualizado a las 23:30 h.

La princesa Magdalena de Suecia, hija menor del rey Carlos Gustavo, se casó este sábado con el financiero británicoestadounidense Christopher O'Neill, en una ceremonia en la que participaron 500 invitados, incluyendo miembros de familias reales de Europa y Japón. Sin embargo, más allá de la pompa que suscitan los enlaces reales, Magdalena -cuarta en la línea sucesoria- dejó patente su personalidad y carácter al romper varias tradiciones arraigadas en la Corona escandinava en lo que al atuendo de la novia se refiere.

Para empezar, la princesa lució un vestido de organza en seda plisada con encaje de Chantilly en color marfil, obra del diseñador italiano Valentino Garavani. Sin embargo, Magdalena no usó el velo de los Bernadotte (la casa real sueca), como marca la tradición. Tampocó lució la tiara de los camafeos que perteneció a la emperatriz Josefina-esposa de Napoleón- y que, por ejemplo, sí eligió su hermana Victoria -heredera al trono- en su ceremonia. En su lugar, Magdalena optó por algo más discreto, como la diadema del rey Gustavo, ya que fue un regalo de su padre a la reina Silvia por su décimo aniversario en 1986.

Pero más rupturista es si cabe la decisión de su ya marido de no ostentar ningún título, algo inédito en cualquier familia real europea. O'Neill rechazó esta posibilidad porque habría supuesto adoptar la nacionalidad sueca y renunciar a su trabajo como asociado y analista de Noster Capital, una empresa de inversiones.

La ceremonia, realizada en la capilla luterana del palacio, fue conducida en sueco y en inglés, y en ella estuvieron, entre otros, por la princesa Charlene de Mónaco, la princesa Tamako de Japón, y el príncipe británico Eduardo. Por su parte, la única presencia española fue la de Luis Medina, hijo de Nati Abascal. Uno de los momentos más emotivos se produjo al finalizar la ceremonia. Una multitud se reunió ante el palacio real y estalló en una ovación cuando los recién casados se besaron tres veces, poco antes de partir hacia el castillo de Drottningholm, donde se celebró un banquete.

Magdalena, que cumple 31 años el lunes próximo, es la tercera hija del rey Carlos Gustavo y de la reina Silvia. La princesa conoció Christopher O'Neill en Nueva York, donde era voluntaria para la asociación caritativa World Childhood Foundation, fundada por su madre. Magdalena suscita menos afecto entre los ciudadanos que su hermana Victoria. Hace unos 10 años, los tabloides llamaban a Magdalena «la princesa juerguista», tras haber sido fotografiada en discotecas de moda en Estocolmo.

Esta boda debe mejorar la imagen de una princesa que llegó a inquietar a los más fervientes monárquicos. Catarina Hurtig, periodista y autora especialista de la familia real, se acuerda que los lectores la llamaban para que sugiriera al rey que corrigiera a Magdalena. La princesa debía inicialmente casarse en el 2010 con un abogado que se habría convertido en príncipe, pero el noviazgo se rompió, según la prensa sueca debido a supuestas infidelidades del novio. Desde entonces, algunas controversias han rodeado a Magdalena, como sus gastos en compras, hasta tal punto que el palacio real tuvo que desmentir que el dinero viniera de los contribuyentes.