Tepco, la empresa que opera la planta nuclear de Fukushima, anunció ayer que ha detectado sustancias radiactivas en una zanja de drenaje directamente conectada al océano Pacífico, lo que se suma a otras registradas en el último mes. En muestras tomadas en la zanja, situada a unos 150 metros de la orilla, se midió un contenido radiactivo de 220 bequerelios por litro, según admitió la compañía, un nivel mucho más alto que el medido el pasado martes en el mismo lugar, según Afp. TEPCO sospecha que el agua se filtró entre los sacos de arena colocados para evitar que el agua contaminada llegue hasta el océano Pacífico.
La nueva fuga coincide con el anuncio realizado ayer por el Gobierno japonés de presentar una queja formal ante la embajada de Francia en Tokio en protesta por dos viñetas de una publicación francesa que se burlan de los potenciales efectos del accidente de Fukushima en los Juegos Olímpicos del 2020. El ministro portavoz, Yoshihide Suga, calificó los dibujos del semanario satírico parisiense Le canard enchainé de «inapropiados y extremadamente lamentables». «Este tipo de caricatura daña los sentimientos de las víctimas del desastre del noreste de Japón y puede dar una impresión equivocada sobre el problema del agua radiactiva en la central de Fukushima», señaló.
Sumo radiactivo
Una de las viñetas del semanario de humor gráfico muestra a dos luchadores de sumo (uno con tres brazos y otro con tres piernas) muy delgados, y a dos jueces enfundados con trajes antiradiación, mientras un locutor dice: «Gracias a Fukushima el sumo se ha convertido en disciplina olímpica».
En la otra, aparecen dos personas con uniformes para protegerse de la contaminación y aparatos de medición junto a una piscina (supuestamente una de las que se almacenan barras de combustible usado en la central) que dicen: «Ya hay una piscina en Fukushima para los Juegos Olímpicos». Durante la presentación para defender la candidatura en la asamblea del COI en Buenos Aires el primer ministro nipón, Shinzo Abe, explicó convencido que la situación en la planta, situada a unos 220 kilómetros al noreste de la capital, está controlada y que no afectará a Tokio.
El año pasado, París tuvo que disculparse por un programa de la televisión francesa que mostró una imagen del portero de la selección nipona de fútbol con cuatro brazos.