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«He hecho una gran contribución a la sociedad», dice el inventor del dispositivo

pekín / afp

SOCIEDAD

13 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

«Fumar es la cosa más perjudicial de la vida diaria y yo he hecho una contribución enorme a la sociedad», sostiene con voz pausada Hon Lik, de 57 años, mientras lanza volutas de vapor con aroma de tabaco con su pipa electrónica. Lik está considerado el inventor del cigarrillo electrónico. «Pero no soy rico, a causa de los problemas que ha tenido que enfrentar mi empresa», explica en su oficina de Pekín el cofundador de la marca Ruyan («Como un cigarrillo», en chino), que los fabrica en Pekín desde hace más de diez años.

La idea de un cigarrillo «eléctrico» se remonta a los años 60 en Estados Unidos, pero Hon Lik es reconocido como el primero en haber desarrollado una versión comercial. La idea le vino en el 2003. Fumador empedernido -un paquete por día- desde los 18 años, trabajaba por entonces como investigador en medicina y quería parar. «Al irme a dormir, me olvidaba a veces de quitarme el parche de nicotina. Eso me provocaba pesadillas toda la noche», relata.

En uno de esos sueños se vio a punto de ahogarse en un mar transformado en nube de vapor. De ahí surgió la inspiración y, después de un año de ensayos, logró el diseño actual. Las ventas en China crecieron rápidamente y en el 2006 las máquinas de Ruyan «producían 24 horas diarias con una demanda siempre superior a la oferta».

Pero varios artículos de prensa acusaron a su cigarrillo de ser adictivo y provocar crisis cardiacas. Las ventas entonces se estancaron. Ahora, su principal desvelo es defender sus patentes frente a otras marcas de cigarro electrónico en el mercado, a las que Lik acusa de plagio.