Oxfam Intermón cree que no hay voluntad política para acabar con el hambre en el mundo

A. Paniagua / Colpisa MADRID

SOCIEDAD

La ONG predice que no se cumplirá en 2015 el objetivo de reducir a la mitad el número de personas que están mal alimentadas

11 dic 2013 . Actualizado a las 22:44 h.

Oxfam Intermón cree que si las cosas siguen como hasta ahora la comunidad internacional no cumplirá en 2015 su objetivo de reducir a la mitad la proporción de personas malnutridas en el mundo.

Los recortes en la ayuda internacional, los intereses comerciales sobre las tierras o el cambio climático mantienen a 842 millones de personas en condiciones de hambre crónica, según denuncia la ONG en el informe Acabar con el hambre está al alcance de nuestras manos. La premisa de la que parte la organización humanitaria es que no hay voluntad política para acabar con una situación que alienta el círculo vicioso de la pobreza. Según la ONG, es preciso controlar la «burbuja» alimentaria, fomentar la pequeña agricultura, regular la explotación de los cultivos de alimentos para la producción de energía y tomar acciones firmes contra el calentamiento global.

Gran parte de la culpa sobre las cifras de desnutrición que asolan el mundo la tienen, según subraya el documento, la caída de la ayuda a los pequeños agricultores, las dificultades de acceso a recursos menguantes y la exorbitante subida de los precios de los alimentos, fruto de la manipulación de los mercados. Según los datos más recientes publicados por Naciones Unidas, 842 millones de personas sufren hambre crónica en el mundo, de los cuales 827 millones viven en países en desarrollo. Bastante más que el conjunto de la población europea. Solo en África una de cada cinco personas está subalimentada. Unos 500 millones de pequeños agricultores de países en vías desarrollo procuran alimentos a casi 2.000 millones de personas, argumenta Oxfam Intermón. No obstante, en los últimos 30 años, los gobiernos de estos países han dejado de invertir en el sector agropecuario y en el desarrollo rural debido a dos causas: sus propias políticas de ajuste estructural y la imposibilidad de competir con los sectores agrícolas de los estados ricos, que reciben subvenciones de sus gobiernos.

A pesar de que la Unión Africana se comprometió hace una década a dedicar el 10% de sus presupuestos nacionales a la agricultura, en la actualidad solo 10 de los 54 países que la integran cumple con este mandato.

Por su parte, la caída en la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) total destinada a estos fines ha caído en 30 años de forma estrepitosa.