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Rescate en la Antártida: ¿quién corre ahora con los gastos?

Christiane Oelrich SIDNEY / DPA

SOCIEDAD

ANDREW PEACOCK

El mantenimiento de un rompehielos cuesta 40.000 euros diarios

03 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Los participantes de la expedición atrapados en el hielo de la Antártida se lo tomaron con calma y publicaron fotos y videos divertidos que dieron la vuelta al mundo en Navidad y Año Nuevo. Pero para las tripulaciones de los rompehielos enviados al rescate no se trató de una broma, y menos aún por los altos costes que implica.

Al final, los pasajeros del barco científico ruso Akademik Shokalskiy subieron a un helicóptero en grupos de doce, tomados de la mano como niños en una excursión escolar, tras nueve días varados. Cuando estuvieron a salvo llegó el alivio, pero también las preguntas: ¿Quién pagará la operación de rescate? ¿Realmente era necesario que hiciesen ese viaje? ¿Hubo negligencia?

Los medios australianos calculan que el salvamento costó varios millones de dólares. Según las autoridades de salvamento marítimo australiana la institución paga por las acciones de búsqueda y rescate. Pero eso no incluye las posibles reclamaciones de los dueños de los rompehielos que se sumaron a la operación. El convenio internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar obliga a los barcos en alta mar a responder a las llamadas de socorro, pero normalmente el dueño del barco rescatado suele tener que pagar más adelante los gastos. El Akademik navega bajo bandera rusa, pero está alquilado por la Expedición Australiana a la Antártida, y en el caso de un acuerdo de este tipo hay que fijar bien quién se hace cargo en casos de salvamento.

Tres rompehielos cambiaron su curso para ayudar al Akademik. El barco francés desistió porque era incapaz de avanzar, pero el chino Xue Long y el australiano Aurora Australis siguieron adelante interrupiendo durante días las tareas que tenían que llevar a cabo. Tan sólo el Aurora cuesta al día unos 40.000 euros.

Además, los barcos tenían proyectado realizar trabajos importantes. El Aurora estaba descargando equipos científicos y suministros en la Antártida. Cuando llegó la llamada de auxilio interrumpió la tarea y se dirigió a prestar ayuda, aseguró Joe McConnell, uno de los científicos de la estación. «Las consecuencias a corto y largo plazo para el programa de investigación australiano son enormes, y lo mismo vale seguramente para el programa francés y el chino, porque sus rompehielos fueron desviados», señaló. «Muchas personas no pueden continuar con sus proyectos de investigación, que llevan años preparando, porque su material sigue a bordo del Aurora».

Debido a las extremas condiciones meteorológicas, los rompehielos sólo pueden llegar hasta las estaciones en el corto verano antártico, y cada día cuenta. También el Akademik estaba en una misión científica. El líder de la expedición, Chris Turney, quería documentar las modificaciones en el hielo durante el último siglo, para lo cual seguía la ruta que hace 100 años hizo el explorador Douglas Mawson.

El Akademik, construido como barco de investigación, está preparado para una expedición como la actual. El hecho de que además de los científicos hubiese turistas a bordo no cambia que la misión estuviese en condiciones de hacer frente a cualquier contingencia. «Las condiciones climáticas son impredecibles», se defendió Turney.