Rajoy reconoce que la reforma del aborto es «controvertida»

Alfonso Torices MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

Afirmó en el Congreso que el texto es «susceptible de mejoras»

23 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Mariano Rajoy dio ayer muestras de que trabaja ya en cómo limar alguna de las principales aristas del polémico anteproyecto de reforma de la ley del aborto. Pese a sus esfuerzos internos y externos por sacar el asunto del centro de la vida política, la primera sesión de control al Gobierno del año estuvo protagonizada por un duro debate contra su modelo de aborto, en el que escuchó como PSOE, IU y el resto de grupos de izquierda lo compararon con la ultraderechista francesa Marine Le Pen, exigieron el abandono inmediato de la reforma, y le acusaron de «pisotear» los derechos de las mujeres y de tratarlas «como a menores de edad, locas e incapaces». Si continúa con su limitación a la interrupción voluntaria del embarazo, más restrictiva que la primera ley de 1985, se enfrentará a «una batalla democrática» en la calle y las instituciones, avisaron desde los escaños opositores.

El presidente del Gobierno, que ha tomado nota de los amagos de rebelión en el propio partido contra el texto de Alberto Ruiz-Gallardón, parece haber aparcado el discurso monolítico de defensa de la reforma contra viento y marea. Por primera vez admitió ante el pleno del Congreso que en el anteproyecto «hay algunos puntos sin duda controvertidos» y se mostró dispuesto «a hablar con todos» los grupos para lograr «algún tipo de entendimiento» y evitar que, «de nuevo», se rompa el consenso que a duras penas obtuvo la primera ley de supuestos elaborada por los socialistas en 1985

Rajoy afirmó que el anteproyecto es «susceptible de mejoras» porque, según añadió, el PP no quiere imponer sus tesis a nadie, sino «lograr una ley que sirva a la mayoría de la sociedad». Eso sí, de sus palabras también pareció deducirse que en sus cesiones no está dispuesto a ir más a allá del regreso a una ley similar a la de 1985, con la posible incorporación del supuesto de malformaciones en el feto, pero nunca a mantener el sistema de plazos aprobado en el 2010

PSOE, IU y el BNG interrogaron por la misma polémica al propio ministro de Justicia, a la vicepresidenta y a la ministra de Sanidad. Gallardón abrió otro foco de polémica cuando dijo que cree capaces a los socialistas de legislar en el futuro contra «los que efectivamente han nacido» ante su desprecio absoluto por el derecho a la vida de «los concebidos»

La número dos del PSOE, Elena Valenciano, dejó claro a Rajoy que, aunque ahora los propios diputados populares les digan que van a hacer concesiones, a los socialistas ya no les vale nada que no sea la retirada del actual anteproyecto.