Los obispos sobre el aborto: «La solución a la malformación de un feto no está en la muerte de un inocente»

EFE

SOCIEDAD

Javier Lizón

La Conferencia Episcopal considera la reforma de la ley como «un avance positivo frente a la legislación vigente»

30 ene 2014 . Actualizado a las 19:19 h.

La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha reconocido en el texto del anteproyecto de la ley del aborto «un avance positivo con respecto a la legislación vigente, que considera el aborto como un derecho». Los obispos están convencidos de que la solución a la malformación del feto, que no está contemplada como un supuesto en la nueva reforma de la ley del aborto, «no está en la muerte de un inocente» y se han mostrado contrarios a «una línea eugenésica que no corresponde al sentido de humanidad».

Es la convicción del secretario general y portavoz de la CEE, José María Gil Tamayo, que considera que «la eliminación de un ser inocente nunca es la solución a un problema porque, en ese caso, acabaríamos en el mundo con el hambre, eliminando a las personas, y así se tocaría a más». «Lo que hay que hacer son políticas sociales y leyes de verdadero acompañamiento en favor de los más necesitados y débiles», opina el portavoz de la Conferencia Episcopal.

«Nadie tiene derecho, en ninguna circunstancia, a quitarle la vida a un ser humano inocente. El aborto no es la solución, de la misma manera que el niño que va a nacer no es el problema», han insistido los obispos en un comunicado. Gil Tamayo lo ha refrendado y ha insistido en esa línea al ser preguntado por los abortos terapéuticos, en los que las malformaciones del no nacido son incompatibles con la vida. «La opción por la muerte no sería el camino. Yo tengo ahí, lo digo personalmente, una postura a ultranza de defensa de la vida absoluta. Abrir un camino y un resquicio supondría abrir una puerta a una línea eugenésica, porque luego entraríamos en los distintos tipos de calidad de vida», ha explicado Gil Tamayo.

El secretario de la Conferencia ha abogado por la «opción por la vida absoluta y total» porque, a su juicio, al considerar al niño con malformación o discapacidad «entraríamos en una línea de una sociedad de selección de la especie». «Abrir una línea en ese ámbito supondría abrir una puerta enormemente de inhumanidad», ha apostillado.

Los obispos hacen una defensa a ultranza de la vida, pero reconocen también que aún no se ha hecho lo suficiente «para acompañar adecuadamente a las mujeres que se encuentran en situaciones muy duras, donde el aborto se les presenta como una rápida solución a sus profundas angustias, particularmente cuando la vida que crece en ellas ha surgido como producto de una violación o en un contexto de extrema pobreza».

Los obispos, insatisfechos con la Lomce

Pero tampoco ha pasado desapercibido para los obispos la nueva ley educativa porque están insatisfechos con la regulación que hace la Lomce de la religión católica en el Bachillerato. A su juicio «no se garantiza la oferta obligatoria de la asignatura por parte de los centros, ni tampoco que los alumnos puedan optar a ella».

Por ello, para que se cumpla el acuerdo internacional entre el Estado español y la Santa Sede en cuanto a la educación en la religión católica y para que los padres puedan ejercitar su derecho de educar a sus hijos conforme a sus convicciones religiosas y morales, los obispos esperan que se dé el mismo tratamiento a la religión católica en el Bachillerato.

«Si un homosexual busca a Dios, yo no soy quien para juzgarlo»

La homosexualidad es otro de los temas a los que se ha referido Gil Tamayo, que ha reproducido lo que en su día dijo el papa Francisco, ya que ha asegurado que «si una persona homosexual tiene buena voluntad y busca a Dios, yo no soy quien para juzgarlo».

Gil Tamayo ha hecho estas declaraciones en una rueda de prensa en la que ha informado sobre las conclusiones de la CCXXX reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal, en la que los obispos han abordado el temario de la próxima asamblea plenaria y el procedimiento a seguir para renovar los cargos para este trienio.

Otro asunto tratado es la visita que harán entre el 24 de febrero al 8 de marzo a Roma. Los obispos la harán en dos grupos y coincidirán el 3 de marzo para un encuentro conjunto con el papa.