Pueden emitir radiación que daña la retina, especialmente en niños
02 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Precaución. El mensaje es claro. Las luces LED (siglas de Light Emitting Diode) pueden ser nocivas para la salud. Oftalmógolos y ópticos advierten que una exposición continuada a esta iluminación sin mediar un filtro tiene consecuencias en la retina.
Desde que en el 2012 la Unión Europea instó a los gobiernos a suprimir el uso de las bombillas de toda la vida y sustituirlas por una nueva generación de lámparas más eficientes, las LED se han abierto un hueco. Comenzaron como luces piloto para electrodomésticos y la investigación posterior las llevó a cotas altísimas de poder energético y de ahorro, de ahí la extensión del producto. Semáforos, tabletas, pantallas de portátiles, televisores, smartphones, alumbrado navideño, farolas y también automóviles, hoy los diodos LED iluminan nuestras vidas.
Estudios como el de la Universidad Complutense de Madrid dirigido por la doctora Celia Sánchez-Ramos, constataron que la exposición durante 72 horas a luces LED que emiten luz azul dañan la retina humana, y el 93 % de las células del epitelio pigmentario mueren si no tienen protección. Esta investigación es avalada por otras como la de la universidad israelí de Haifa o los informes emitidos por de la Seguridad Alimentaria y del Trabajo de Francia.
Los oftalmólogos y ópticos dicen que el daño sobre la retina se produce porque el ojo no está preparado para mirar directamente a la luz artificial y alertan de que en los niños más pequeños y en las personas mayores con problemas oculares como cataratas o glaucoma los riesgos pueden ser mayores. La prevención ideal es aplicar un filtro adecuado, que puede rebajar la mortandad de las células un 90 %. De hecho, una empresa española ha inventado un protector de pantalla llamado Reticare que ya comercializa. Existen profesionales que están más expuestos a la contaminación fotoquímica de estas luces como los dentistas y cirujanos que usan láser, informáticos, técnicos de iluminación o personal que pasa tiempo ante una pantalla. Pero también el peligro se halla en los lugares de trabajo que optan por estas lámparas. También algunos transportistas se quejan de que estas luces en los vehículos pueden deslumbrar y cegar al conductor.
Ojo a los juguetes
Los médicos creen que las ventajas de las LED han olvidado los aspectos negativos para la visión. Llaman la atención sobre los juguetes con LED. Aconsejan que no se compren juegos de este tipo pues los niños aún no desarrollaron la retina y la atracción de un bebé por las lucecitas puede ser perjudicial.
El óptico gallego Alexander Dubra cree que a corto plazo se detectarán problemas específicos entre los más jóvenes. Dubra dice con rotundidad que son «perjudiciales por su carga de luz azul». La gran preocupación para el óptico no es solo por la iluminación ambiental sino por las pantallas ya que «las miramos directamente y nuestro ojo se estresa: Nuestra visión no ha evolucionado para mirar fuentes de luz, si no para reinterpretarla».
Dubra dice que la normativa sobre luz en la UE establece de 0 a 3 la fototoxicidad de las lámparas. «Para una convencional el valor es de 0-1, mientras que las LED están en nivel 2». «Prefiero que se exgeren riesgos a que se pasen por alto», dice. EEl óptico gallego aboga por extender el uso de filtros que atenúan la luz rebotada, especialmente en los aparatos que han traído las nuevas tecnologías. Advierte que así como se incrementó la obesidad en sociedades avanzadas por el sedentarismo, también la miopía avanzó un 70 % por la pronta escolarización de los niños y porque ahora están sometidos a una mayor exposición a luces artificiales en su vida diaria. En el futuro, apunta Dubra, «la gente paliará el efecto negativo de estas luces con gafas con filtros incorporados».