Manifestaciones de taxistas en múltiples ciudades europeas protestan por el intrusismo en el sector
11 jun 2014 . Actualizado a las 22:09 h.Uber, la aplicación telefónica para el transporte entre particulares que ha puesto en pie de guerra al sector del taxi en España, ve «desmesuradas» las movilizaciones de hoy en su contra y ha pedido a las administraciones «buscar un marco legal» que le permita seguir activa.
En un comunicado, la compañía norteamericana subraya que «no es el enemigo de los taxistas ni del sector», sino simplemente «una aplicación de móvil que pone en contacto a usuarios que buscan fórmulas de consumo colaborativo y una manera más económica de desplazarse». La empresa añade que «seguirá trabajando para poder continuar con el diálogo y buscar un marco legal donde su aplicación pueda seguir contribuyendo al incremento de opciones de movilidad urbana y aportar alternativas en beneficio de los consumidores».
El lunes, la Generalitat avanzó que exigirá a Uber que cese inmediatamente su actividad, y anunció también que castigará cada infracción de la normativa de transporte de viajeros con multas de hasta 6.000 euros. Uber, que su aplicación en España sólo está activa en Barcelona, asegura que las movilizaciones de hoy en varias ciudades españolas sólo intentan «mantener al sector en un estado inmovilista y cerrar las puertas a nuevas alternativas al consumidor» y añade que quiere «cumplir en todo momento con las normativas que están vigentes en las ciudades en las que opera».
Esta modalidad de negocio novedoso implica que «se deben contemplar alternativas que supongan una apertura a modelos de negocio que actúan en beneficio del usuario», subraya Uber. La empresa apoya las innovaciones y cree que «hay que dialogar y buscar puntos de encuentro si éstas suponen un avance en la sociedad».
La manifestación no ha sido tan solo en el ámbito nacional. Los taxistas de otras ciudades de Europa se han unido en contra de la polémica aplicación. Berlín, Hamburgo, Colonia, Múnich, Milán, París o Lisboa han sido algunas de las urbes que han decidido secundar la protesta frente a las nuevas aplicaciones que ofrecen servicios similares a los suyos pero sin licencia. El sector del taxi cataloga a este tipo de empresas de competencia desleal y de economía sumergida además de intrusistas.
Qué es Uber
Para convertirse en usuario de este taxi a la carta solo hace falta descargarse una aplicación en el smartphone y el usuario detecta los conductores anónimos que se ofrecen en su zona para trasladarle en su coche particular a cambio de un precio previamente establecido. Cada conductor aporta una serie de datos personales y el tipo de vehículo que posee, para que el usuario escoja el que más le guste y luego pague con su dispositivo electrónico a través de una tarjeta asociada a su cuenta de Uber o bien de Paypal, una de las aplicaciones financieras más populares en la red.
Las tarifas dependen de la ciudad, con una base mínima a la que se añaden pequeñas cantidades por minuto y por kilómetro hasta el destino final: Uber se queda con una comisión de un 20 %. Además, posee un valor económico importante: según datos de la propia compañía la empresa está valorada en unos 18.000 millones de dólares, algo más de 13.000 millones de euros, y posee inversores tan poderosos como Google o el banco Goldman Sachs.
Para integrarse en la peculiar «plantilla» de Uber, basta con tener coche propio con su correspondiente seguro además del carné de conducir en regla, lo que contrasta con las duras pruebas a las que se someten los taxistas profesionales para obtener su licencia. En los foros de usuarios, éstos defienden el servicio por su rapidez, comodidad y precio e incluso llegan a invocar criterios medioambientales señalando el ahorro generado al compartir vehículo.