El pontífice ha repetido el llamamiento a la reconciliación de las dos Coreas
18 ago 2014 . Actualizado a las 09:23 h.El papa Francisco partió hoy hacia Roma desde Seúl tras finalizar una histórica visita de cinco días en Corea del Sur, en la que ha hecho un repetido llamamiento a la reconciliación de las dos Coreas.
El avión papal, un Boeing 777 de la compañía Korean Air, despegó de la base aérea de Seongnam (sur de Seúl) a las 13.03 hora local (04.03 GMT), y tiene previsto llegar a Roma a las 17.45 hora local (16.45 GMT).
El premier surcoreano, Chung Hong-won, y el cardenal Andrew Yeom Soo-jung, arzobispo de Seúl, junto a los obispos de las 16 diócesis de Corea del Sur, despidieron a Francisco en una breve ceremonia en el aeropuerto que puso fin al primer viaje a Asia del pontífice argentino.
La visita se considera histórica al ser la primera de un papa en 25 años a Corea del Sur y la primera en 20 años al extremo Oriente.
En su recorrido por el país, Jorge Mario Bergoglio ofreció repetidos mensajes a favor del entendimiento y la unificación en la dividida península coreana, el último de ellos hoy durante una misa dedicada a la paz y la reconciliación.
La ceremonia en la catedral de Myeongdong en Seúl, a la que asistieron más de 1.700 personas en total incluida la presidenta Park Geun-hye, siguió a un encuentro con 12 líderes de diferentes religiones con presencia en el país.
Durante su visita, el papa participó en la Jornada de la Juventud Asiática (JJA), que congregó a 6.000 jóvenes católicos del continente, y beatificó a 124 mártires coreanos en una multitudinaria ceremonia frente a cientos de miles de personas en la céntrica plaza de Gwangwhamun en Seúl.
Francisco insistió en sus discursos y homilías en la necesidad de ayudar a los más necesitados, y también lanzó críticas contra el materialismo y la «idolatría de la riqueza» en los tiempos actuales.
Asimismo, apostó por avanzar en el diálogo entre el Vaticano y los países asiáticos con los que no mantiene relaciones diplomáticas, lo que se interpretó como una mano tendida al Gobierno chino de Xi Jinping.
Los católicos surcoreanos, que representan más del 10 por ciento de la población con más de 5,4 millones de fieles, han arropado con cánticos y ovaciones a Bergoglio en toda su visita, que ha atraído una enorme atención mediática en el país.