Más del 90 % de las empresas surgidas de la Universidad resistieron la crisis
25 sep 2014 . Actualizado a las 04:00 h.Galicia presentó ayer al mundo su candidatura para convertirse en un referente en innovación biotecnológica. Lo hizo en Santiago en el Encuentro Internacional de Biotecnología BioSpain, que por primera vez se celebra en Galicia y que se ha convertido en el cuarto foro mundial en cuanto a participación de empresas, inversores, fondos de capital riesgo e investigadores y que hasta el viernes contará con la presencia de 800 entidades público y privadas, de las que un 40 % son internacionales. El encuentro fue inaugurado por la ministra de Sanidad, Ana Mato, y por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo.
?«Aquí tenemos talento y empresas», resaltó el director de la Axencia Galega de Innovación, Manuel Varela, en un foro en el que tanto las compañías especializadas como las universidades y las instituciones de investigación sanitaria presentaron sus credenciales a los inversores internacionales para exprimir un negocio aún modesto, pero con un enorme potencial. Los 45 socios, agrupados en el clúster Bioga, facturaron el pasado año 56 millones de euros y dieron empleo directo a más de 500 personas. Más del 90 % lanzan sus productos al mercado internacional.
?«Más del 60 % de nuestro personal son titulados universitarios, lo que indica que es un sector altamente cualificado», explica Carmen Pampín, la presidenta del clúster, quien también admite que «aún nos falta mucho».
Pese a ello, el sector biotecnológico gallego se sitúa entre los cinco primeros de España -entre el tercer y el quinto puesto según los parámetros utilizados- y las empresas no solo resisten a la crisis, sino que ganan cuota de mercado. La mayoría son spin-off, surgidas de una innovación salida de las tres universidades, y el 93 % de las que se han creado en los últimos diez años ha logrado sobrevivir a la crisis. Para potenciar el sector, la Xunta invertirá 1.600 millones de euros en innovación de aquí al 2020.
Un ejemplo de esta pujanza es AMSlab, surgida en el 2008, en plena crisis, en el campus de Lugo de la Universidade de Santiago con una plantilla de tres personas. Ahora tiene 60 empleados. La firma, dedicada al análisis de productos por espectometría de masas, ha diversificado su actividad hacia el sector textil, alimentario y farmacéutico. Es la empresa de referencia de Inditex para el control de calidad de sus prendas y la que comprueba que no se utilizan tóxicos en su fabricación. Otro ejemplo es la más veterana Nanogap, que exporta a Asia, Europa y Estados Unidos. Su producto estrella son nanopartículas metálicas de oro y plata con aplicaciones en electrónica y materiales. «También trabajamos en nanopartículas con propiedades fluorescentes para nuevos kits de diagnóstico médico que reducen los falsos positivos», explica Tatiana López, su responsable.
3.000 reuniones
La Fundación Barrié y la embajada británica atraen a los inversores
Casi un 60 % de la producción científica de la comunidad gallega está relacionada con la biotecnología. Es un hecho que demuestra su fortaleza, avalada por la existencia de grupos de investigación de máximo nivel. Sin embargo, este conocimiento no se traduce lo suficiente en un producto con capacidad de llegar al mercado. «Hacemos ciencia competitiva a nivel internacional, pero gestionamos muy mal la transferencia a la sociedad», resume Javier López, director de la Fundación Barrié, una institución que ha creado un fondo en ciencia que ha financiado cinco proyectos de las universidades gallegas para demostrar que en Galicia «somos capaces de hacer transferencia de tecnología».
Pero para llevar el conocimiento al mercado hacen falta inversores. Acercarlos a los investigadores es lo que hizo anoche la Fundación Barrié y la embajada británica, en un acto conjunto que congregó en Santiago a profesionales de la industria biotecnológica, científicos y representantes del ámbito académico y de la administración.
A la reunión asistió el embajador británico en España, Simon J. Manley, y el presidente de la Fundación Barrié, José María Arias Mosquera. «Existe -aseguró Arias- un desajuste entre una producción científica de calidad y su transferencia al mercado, y para que sea posible hace falta una estrecha colaboración entre empresas y comunidad científica».