Una empresa de Arteixo instala un complejo sistema de depuración de aguas en dos prisiones construidas en la República de Azerbaiyán
05 nov 2014 . Actualizado a las 12:20 h.Probablemente sus usuarios nunca lo sepan, pero el agua que se escurra por las cañerías de las celdas en las cárceles de Umbaki y Lankaran (Azerbaiyán) acabará siendo depurada por un sistema cien por cien gallego; fabricado concretamente por la empresa PecoFacet, radicada en Arteixo y de donde salieron recientemente dos estaciones de tratamiento de aguas residuales con destino a la ex república soviética.
«La razón hay que buscarla en el hecho de que pertenezcamos a una multinacional con una oficina en Alemania que tiene una relación muy estrecha con algunas de las antiguas repúblicas soviéticas», explica desde Dusseldorf Cándido Cancelo, director general de la empresa gallega. Y también en el precedente del Crystal Hall, el espectacular edificio de Bakú que albergó en el 2012 el festival de Eurovisión y cuya depuración de aguas depende también de otro de los equipos fabricados en la factoría de Arteixo.
PecoFacet es la firma líder de la multinacional a la que pertenece en cuestiones medioambientales, especialmente en lo referente a la depuración, de ahí que el proyecto fuera asumido por el ministerio del Interior de Azerbaiyán: «Los equipos son capaces de facilitar la reutilización del agua para riego, aparte de destacarse por su bajo mantenimiento y la capacidad de ser monitorizadas a bastante distancia», explica Cancelo mientras se prepara para asistir en la ciudad alemana a un acto cultural al que tenía prevista su asistencia la mujer del primer ministro de la república asiática. Y es que no todo es tecnología. Cancelo admite que colocar los proyectos ha supuesto «trabajo y paciencia», pero que poco a poco la empresa va ampliando sus horizontes: «Estamos en el momento óptimo para crecer», asegura este ejecutivo formado en Harvard que presume de equipo: «Si hay algo que nos singulariza como empresa es la capacidad técnica y humana de nuestro personal. Yo lo comparo con el fútbol, cuando tienes un buen equipo, lo normal es que las cosas salgan bien».
Una parte de ese equipo, entre los que se encuentra el propio Cándido Cancelo, se trasladará en breve hasta Azerbaiyán para montar las estaciones de depuración en las dos nuevas prisiones de ese país, construidas en áridos parajes para albergar a poblaciones de dos mil y mil quinientos presos, respectivamente.
Por muy exótico que parezca, la relación comercial entre Galicia y Azerbaiyán ha ido creciendo notablemente durante los últimos años hasta alcanzar un monto de 2,6 millones de euros en el 2013, diez veces más que en el 2008. Esta evolución responde al crecimiento de la república exsoviética, que ha multiplicado sus inversiones con la abundancia del gas y el petróleo y que simboliza esa pujanza en su capital, Bakú, una ciudad en la que destacan nuevos y modernos edificios.
El proyecto que ahora desarrolla en los dos penales la empresa PecoFacet, tiene un costo aproximado de 700.000 euros y, probablemente no será su última incursión en este país. Según confirma su director general, en el punto de mira de estos especialistas en el medio ambiente están otros proyectos en repúblicas cercanas, como Uzbekistán, demostrando que la ingeniería gallega no conoce fronteras. Y cada vez menos.