Solsticio de invierno: Bienvenido, invierno (¿polar?)

SOCIEDAD

OSCAR CELA

Las oscilaciones del «Jet Stream» podrían hacer que las temperaturas fuesen más bajas de lo normal

21 dic 2014 . Actualizado a las 10:05 h.

Para los que vivimos en localidades pegadas al mar la nieve en Galicia es, sobre todo, un recuerdo. En mi viejo álbum de fotos guardo con cariño una instantánea en la que Cangas luce cubierta completamente de blanco. Era enero de 1987. Yo tenía cinco años. Fue la primera y la única vez que vi nevar en mi pueblo. Desde entonces, como muchos gallegos, si quiero sentir el tacto del agua congelada no me queda otra que hacer una escapada a las montañas de Lugo y Ourense. Algún invierno, con suerte, basta con adentrarse en el interior de la comunidad. Pero este año una previsión estacional me ha devuelto la esperanza de que en invierno pueda disfrutar de ella sin tener que salir de casa. Esta es la explicación.

Una autopista en el cielo

El Jet Stream es la corriente de aire más famosa de la Tierra o por lo menos con más historia. Está situada entre la troposfera y la estratosfera y circula a una velocidad que puede alcanzar los trescientos kilómetros por hora. Muchos aviones que viajan desde América del Norte a Europa se montan sobre ella para ahorrar tiempo y combustible. Es una corriente que se mueve siempre en la misma dirección, desde el oeste hacia el este. La descubrieron los japoneses en los años treinta aunque su hallazgo pasó a ser un secreto de estado. Pensaron que podría ser utilizada como una poderosa arma. Y así fue. Durante la Segunda Guerra Mundial el ejército nipón echó mano de ella para bombardear a los Estados Unidos utilizando globos cargados con bombas. El aparato ascendía, se estabilizaba y al alcanzar el destino mediante un relé soltaba el material incendiario que tenía como objetivo los grandes bosques de la costa occidental estadounidense. Los americanos abrumados ante tanta sofisticación decidieron guardar silencio. La campaña de ocultación llevó a los japoneses a pensar que había sido un fracaso pero habían conseguido realizar el primer ataque intercontinental.

Una cuerda que se destensa

También es conocida como la corriente en chorro y lo que hace es separar el aire frío polar del cálido subtropical. Su circulación puede ser zonal o rectilínea y meridional, de forma serpenteada. Cuando la corriente llega zonal a Galicia lo que suele traer de la mano son intensas borrascas que nos indican que el Jet se mueve con intensidad. Es justo lo que pasó el último invierno, el de las ciclogénesis explosivas. Tuvimos aire frío procedente de latitudes superiores que chocaba con el cálido asociado al anticiclón de las Azores. Esa interacción de masas de diferente temperatura generó un tren de potentes sistemas de bajas presiones, como Dirk, que llegó a Galicia por Navidad con una presión de 930 milibares, comparable a la de un huracán de categoría tres.

Pero cuando se desplaza de manera meridional sucede lo contrario, la corriente se debilita y comienza a ondularse. Dependiendo de la zona del planeta puede cuadrar la subida o la bajada con consecuencias muy diferentes. Cuando sube empuja aire caliente y cuando baja el aire es gélido. En Estados Unidos, por ejemplo, asciende por el oeste dejando temperaturas altas en California y desciende por el este provocando intensas nevadas en Nueva York. A nosotros nos suele coincidir la bajada que permite que el aire polar llegue hasta nuestras latitudes. Algo que podría suceder este invierno.

La correlación siberiana

Aunque los pronósticos estacionales no tienen mucha fiabilidad en las regiones templadas como Galicia existen modelos que son más o menos fiables. Los que se centran en una causa y un efecto suelen tener mayor éxito. En los últimos años una correlación meteorológica basada en la cantidad de nieve que se acumula en la zona de Eurasia en octubre ofrece muchas pistas de cómo puede comportarse el Jet Stream durante los meses de enero, febrero y marzo.

Cuando hay mucha nieve en Siberia se forma un tipo concreto de anticiclón, uno térmico, como consecuencia del aire tan frío y pesado. Ahora mismo allí hay acumulada una enorme cantidad de nieve, la más extensa desde 1998. Una anomalía que tiene que ver con el deshielo del Ártico ya que al quedar al descubierto el océano hay más evaporación que acaba convirtiéndose en una fuente de humedad para la región siberiana. Este potente sistema de altas presiones puede romper el vórtice polar que es un cinturón de vientos que confina el aire más frío que hay en el Polo Norte y, con él, la corriente en chorro.

Estación húmeda y fría

Para nosotros que el Jet Stream se debilite no es nada nuevo. Lo vivimos en 2013 y sufrimos los efectos. Tuvimos un invierno muy duro, no tanto por las bajas temperaturas como por la lluvia, con acumulaciones que superaron los 1400 litros por metro cuadrado en algunas estaciones meteorológicas. El frío llegaría después, en primavera. La estación primaveral fue la más gélida desde 1986, con temperaturas de hasta dos grados por debajo de la media. La corriente en chorro estaba muy floja y las irrupciones de aire polar eran frecuentes. Eso es precisamente lo que esperamos para los próximos meses, lluvia y frío. Falta saber cómo se repartirán. En todo caso la novedad sería más lo segundo que lo primero. Porque la lluvia en Galicia no es ninguna noticia. Sí lo será en otras comunidades. Las altas presiones siberianas también afectan a la Oscilación del Atlántico Norte que indica por dónde anda el anticiclón de las Azores. Cuando es positiva se mueve hacia el norte, se refuerza y ejerce de escudo protector. Cuando es negativa se retira hacia el sur y permite que las borrascas se desplacen por latitudes inferiores. La previsión señala que la NAO será negativa. En nuestra comunidad seguirán entrando los frentes de precipitaciones pero también barrerán toda la península ibérica.

Nieve en cotas bajas

Durante el último invierno observamos como paraguas, árboles y tejados sucumbían ante la fuerza del intenso viento que soplaba. Eso en tierra. En el mar vimos olas gigantes como nunca habíamos visto, ni siquiera los marineros. Aunque apenas hubo nieve. Fue un invierno húmedo pero cálido. Las borrascas, por su movimiento en contra de las agujas del reloj, provocan que los vientos soplen de componente sur y por eso las temperaturas no descienden tanto. Sin embargo si en los próximos meses las entradas de aire procedente del Ártico son frecuentes pueden permitir que en Galicia esas lluvias incesantes caigan en forma de nieve en muchos lugares de la comunidad, y no solo de la montaña. Si añadimos lo que señala el pronóstico estacional elaborado por un investigador del Intistituto Tecnológico de Massachusetts, que el Jet Stream estaría más debilitado de lo normal, la esperanza de que veamos nevar incluso a nivel del mar tiene sentido.

La variabilidad natural

Aunque la previsión indica que los efectos de esa anomalía en Siberia se notarán a partir de diciembre no existe un guión y menos en meteorología. De hecho, lo que está ocurriendo ahora mismo es lo contrario de lo esperado. La Oscilación del Atlántico Norte se mantiene positiva y el aire cálido da de comer al anticiclón de las Azores que ejerce de escudo frente a las borrascas. Por ejemplo frente a Alexandra, una potente ciclogénesis explosiva que afectó hace unos días al Reino Unido. No pudimos librarnos del intenso mar de fondo pero sin las altas presiones protegiéndonos hubiésemos sufrido las consecuencias de un potente temporal. Además nunca hay que olvidar la variabilidad del clima y menos este año con El Niño, un fenómeno que tiene lugar en el Pacífico Ecuatorial y cuyos efectos son planetarios. Los últimos modelos señalan que los cambios llegarán en enero.

La luz se impone a la oscuridad

El invierno comienza este lunes a las 0 horas y 3 minutos. La estación viene marcada por un evento astronómico, el solsticio. Será la noche más larga y el día más corto. A partir de entonces se invertirá el proceso y la luz comenzará a ganarle terreno a la oscuridad. En el siglo XXI ese cambio de tendencia no significa mucho pero antaño cuando no había electricidad, las civilizaciones celebraban que el Sol renacía y que los días volvían a crecer. Los romanos celebraban la Saturnalia desde el 17 de diciembre hasta 23 con grandes banquetes que compartían con los esclavos. El 25 festejaban el Sol Invictus o nacimiento de la luz. En los pueblos germanos era muy común adornar los árboles, sobre todo lo de hoja perenne, para protegerlos de la noche solsticial, la más oscura del año. Ese es el origen de nuestro árbol navideño. Aprovechando el tirón de todas esas festividades en el año 325 d. C el emperador Constantino decidió durante el concilio de Nicea que el nacimiento de Jesús sería el 25 de diciembre, cristianizando esas fechas paganas. Desde entonces celebramos la Natividad o Navidad. Feliz Invierno.