José Antonio Gende: «A taza gustará na emigración»

Santiago Garrido Rial
S. G. Rial CARBALLO / LA VOZ

SOCIEDAD

José Manuel Casal

José Antonio Gende, de Carballo, realiza trayectos regulares en su taxi entre Galicia y Suiza. Los viajes ayudan a mitigar la morriña de muchos

15 ene 2015 . Actualizado a las 07:10 h.

José Antonio Gende, de 38 años, partió ayer a primera hora hacia Berna, la capital suiza. Por delante le quedaban casi dos mil kilómetros y 20 horas de carretera a ritmo tranquilo, con paradas. Conoce bien el camino, que recorre cuatro veces al mes (dos viajes de ida y vuelta, a veces solo uno) al volante de su taxi. Lleva un pasajero y muchos paquetes. Y unos objetos especiales: las tazas morriñentas de La Voz de Galicia, en las que Suiza es precisamente la protagonista de la ilustración de Pinto & Chinto. «Están moi ben, gústanme. A taza gustará na emigración», señala. Bromea con que se la va a poner una a los clientes que viajan en el asiento de atrás, en el hueco del reposavasos.

Clientes no faltan. Ni a él, ni al resto de taxistas de la Costa da Morte que conectan habitualmente los dos países, alguno desde hace tres decenios. Emigrantes que van y vienen, familiares y amigos, gallegos en paro que van a buscar trabajo... «Aínda hai, pero depende dos cantóns. Nos da zona alemá din que existen máis oportunidades. E logo tamén depende de cada persoa, de como se busque a vida, de que se meta en cursos para aprender a lingua...», señala. Él mismo es un hijo de la emigración helvética, donde se crio y tiene familiares, lo que ayuda mucho para los contactos. Y cuando se quedó en paro, en mayo del año pasado, decidió cambiar la carpintería en la que trabajaba por las rutas en coche. «Agora mesmo é mala época para buscar emprego, porque en pleno inverno está todo moi parado, ata marzo nada. Pero aínda así, hai xente que proba», indica. El cliente que lo acompañaba era uno de esos ejemplos. El resto de la carga, media mudanza de una familia. José Antonio tiene dos remolques para adaptarse a las circunstancias.

Los viajes puerta a puerta cuestan entre 180 y 250 euros por persona en cada trayecto. La zona más cercana, Ginebra, la primera cifra, y las más alejadas, la segunda. En medio hay variantes. Para los paquetes y objetos (ha desplazado hasta motocicletas) hay que consultar, porque varía mucho según el volumen, el peso y el destino.

Las tazas ocupan poco y son prácticas y asequibles. Este domingo llegará a los quioscos la de los retranqueiros. Esta pieza podrá adquirirse el día 11 por un euro, más el cupón que aparecerá en el lomo del periódico. Las siguientes entregas serán: comellóns (25 de enero), morriñentos (1 de febrero), desconfiados (8) y hospitalarios (15).