«No somos contrabandistas, solo pensamos en la salud de nuestros hijos»

SOCIEDAD

Masivo desplazamiento de padres gallegos a Portugal por la vacuna del meningococo B
17 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Farmácia do Jardim, Valença do Minho. Jueves, entre las 12 y las 12.30 del mediodía. Cuatro parejas gallegas aparcan el coche en la puerta y entran, nevera en mano, a comprar la vacuna del meningococo B, cuya venta no está autorizada en España. Dos son de A Coruña; otra, de Vilagarcía, y la cuarta, de Sanxenxo. A lo largo de la jornada pasarán decenas por este y otros establecimientos.
Valença es el santuario inmunológico de los padres gallegos, pues se nutre del eje Ferrol-A Coruña-Santiago-Pontevedra-Vigo. Pero la vacuna se adquiere también en otras localidades, como Chaves. Así, los gallegos sienten que transgreden la raia en pos de una sustancia ilegal, abocados al estraperlo por una decisión del Ministerio de Sanidad que les impide comprar en España un producto bendecido por la Agencia Europea del Medicamento.
«No somos contrabandistas, solo pensamos en la salud de nuestros hijos», sentencia María del Pilar Barral. Viaja con su marido, Fernando López, que monta guardia en el coche donde duerme a pierna suelta el pequeño Moisés, de 5 años. Son de A Coruña, pero aprovechan una estancia de varios días en Portugal para comprar el fármaco.
«En realidad nos llevamos seis cajas -precisa María mientras exhibe una pequeña nevera isotérmica-, porque otras dos parejas nos las han encargado, y se necesitan dos dosis para cada niño». Pilar y Fernando tomaron la decisión cuando su pediatra les recomendó que inmunizasen al crío contra una enfermedad que puede ser letal. «Consultamos a dos médicos para estar bien seguros y ambos nos dijeron que no había problema, que nos asegurásemos de no romper la cadena de frío, nada más».
Dentro ya de la farmacia, asistimos a la conversación de María con Ivone, una de las empleadas. Todo son facilidades:
-Hola, tengo encargadas seis vacunas del meningococo B. He traído siete barras de hielo, a lo mejor son demasiadas.
-Sí, con tres tienes de sobra [le coloca las cajas en dos bolsas térmicas dentro de la nevera]. ¿Necesitas más de un recibo?
-Sí, son para varios amigos.
-Y ya aprovechas el viaje, claro. ¿Vas muy lejos?
-Hasta A Coruña. Dos horas.
-No tienes problema, pero que no se te olvide meterlas en la nevera de casa cuando llegues. En el cajón de las verduras o hacia el fondo. Nunca en la puerta, que no tendrían suficiente frío.
El precio final: 570,36 euros; 95,06 cada vacuna.
María pone rumbo a A Coruña, pero se despide antes con esta reflexión: «Si no hubiese tanto recorte sanitario y me asegurasen que en unos meses se podrá comprar en España, esperaría, pero se la pongo ya. El miedo es libre. Sanidad tiene que saber de una vez que muchas familias estamos muy preocupadas».
Una de ellas es la de Daniel Estévez y Solange Daniela, con los que coincide María en la puerta de la farmacia. Vienen desde Sanxenxo con Breogán, un bebé de 8 meses que nació prematuro. «Fue el pediatra el que insistió en que viniésemos a por la vacuna. El sistema inmunológico de Breogán no es como el de un bebé que llega a término, así que se la pondremos esta tarde en la consulta. Lo pesarán, lo controlarán y la enfermera le inyectará la dosis». Es la segunda. Gracias a la experiencia de la vez anterior traen ahora una nevera con separador para que el medicamento apenas toque el hielo.
Unos minutos después llegan a la farmacia Vicente y Nieves, de Vilagarcía. Pasarán el día visitando la fortaleza de Valença con su bebé, de 2 años. Por la tarde cogerán hielo y las vacunas «del meningococo B y de la varicela», que en España no se pone hasta los 12 años. «Hay una hora hasta casa, así que la cadena de frío no es un problema», calibran. Con ellos coinciden en la farmacia Sergio y Eva Paz, de A Coruña. Vienen también con un encargo: «Llevamos dos dosis para nuestra hija, de 3 años, y para su prima, de 6 meses». Su control del frío es casi profesional: «Tenemos una nevera con enchufe en el coche».
Las cuatro parejas tienen algo en común: están en Portugal por recomendación pediátrica, ante lo que consideran una astracanada del Ministerio de Sanidad, y así se lo transmiten a La Voz al despedirse. «¡Dadle caña a este tema!», dice Nieves. «¡Protestad bien!», sentencia Eva.